Menos de una semana falta para las elecciones del 29 de octubre y anticipo una derrota política en las urnas para el partido de gobierno, en las principales ciudades y la mayoría de municipios del país, que marcara el curso de la política hasta el 2026 cuando Petro entregue el poder. Para entonces el país habrá vivido la mala experiencia de un gobierno populista de izquierda que frustro las expectativas de una nación que aposto por un cambio pero vio como este gobierno se dedicó a hacer peor lo que tanto criticaba.
El “gobierno del cambio” cumplirá 15 meses el 29 de octubre, día de los comicios, y lo que le espera al Pacto Histórico – partido oficial de gobierno- es una gran derrota política con sus candidatos a las alcaldías y gobernaciones.
Bogotá estrenara un nuevo sistema para elegir a su Alcalde y consiste en la posibilidad de que haya segunda vuelta. Si un candidato obtiene el 40% de la votación valida y aventaja en un 10% al segundo en votación será elegido directamente Alcalde, pero si ocurre lo contrario, y es que ningún candidato saque el 40% de la votación valida, habrá una segunda vuelta entre los dos más votados.
En la capital se perfila para ganar Carlos Fernando Galán según las últimas encuestas, quien podría ganar la Alcaldía directamente el mismo 29, derrotando al candidato oficialista Gustavo Bolívar. La izquierda perdería el poder de la capital después de dieciséis años. Un golpe demoledor para el futuro del Pacto Histórico en Bogotá de cara a las próximas presidenciales.
En Barranquilla las elecciones serán de trámite porque Alex Char, favorito desde que anunció su candidatura, ganara y su clan político familiar seguirá gobernando la ciudad. Derrota para el Pacto Histórico.
Lo mismo pasara con Fico Gutiérrez en Medellín, quien puntea las encuestas y consolidara su triunfo el 29 que será un plebiscito de rechazo contra el candidato del exalcalde Daniel Quintero y la mala gestión administrativa de este. Derrota para el Pacto Histórico.
En Cali el favorito es Roberto “El Chontico” Ortiz quien derrotaría a Danis Rentería, candidato del Pacto Histórico. En esta ciudad la derrota de este candidato tambien se vería como un rechazo a la mala gestión del actual burgomaestre de izquierda Jorge Iván Ospina.
En el Caribe donde Petro baso su triunfo obteniendo mayorías, auguro que ningún candidato del Pacto Histórico ganara Alcaldía ni Gobernación. Así pasara en el resto de capitales y ciudades intermedias y pequeñas del país donde sus candidatos naufragaran tratando de controlar el poder Departamental o Municipal. En algunas casos – como en La Guajira – los candidatos de ese partido terminaran apoyando a candidatos de castas políticas tradicionales que han tenido por años el poder en los territorios, en una actitud más de supervivencia política para no ser borrados de estos escenarios políticos.
Las circunstancias políticas para elegir presidente y autoridades territoriales son variables. Una cosa son las elecciones presidenciales y otra las regionales. El triunfo mayoritario del Pacto Histórico en gran parte del país que permitió la victoria de Petro a la Presidencia no le asegura el triunfo político en las administraciones regionales y locales, y esto obedece a las dinámicas políticas y los intereses particulares vinculados con el entorno político territorial de la gente, pues no siempre el elector vota por el partido del Presidente, sino en función de sus propios intereses locales y regionales a la hora de escoger alcalde o gobernador.
Pese a que la motivación del electorado para escoger sus gobiernos territoriales es distinta para elegir Presidente, estas elecciones tendrán un efecto político para el Pacto Histórico que no obtendrá una representación importante en el control político de alcaldías y gobernaciones, sirviendo de termómetro político para medir la aceptación de sus candidatos frente a los de los otros partidos, y hará que el partido de gobierno fracase en su intento de controlar el poder regional y local, clave para unas futuras presidenciales, pues al final de cuentas la derrota política que sufrirá será la cuota inicial de las próximas presidenciales del 2026. Estos resultados medirán la aceptación del electorado a la gestión del gobierno nacional que tiene hoy una desfavorabilidad que ronda el 60%, lo cual tiene un costo político y le pasara factura en las elecciones del 2026, no lo duden.
El tiempo pasa inexorable para el gobierno de Petro y cada día corre en su contra para cumplir tantas promesas de campaña que aún no mejoran la vida de los colombianos, y esto va creando una frustración colectiva no solo entre quienes lo eligieron sino en la sociedad en general.
El poder regional y local seguirá en manos de las castas políticas tradicionales después del 29 de octubre. El gran derrotado será el Pacto Histórico.