Edicion octubre 5, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

EL SEÑOR TRANSFORMA LA DESGRACIA Y LA HUMILLACIÓN EN ALABANZA

EL SEÑOR TRANSFORMA LA DESGRACIA Y LA HUMILLACIÓN EN ALABANZA
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Pastor ICBF Riohacha - Robinson Mejía Iguarán
Pastor ICBF Riohacha – Robinson Mejía Iguarán

1. “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca…

6. Este pobre clamó, y lo oyó Jehová y lo libró de todas sus angustias.

7. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende”.

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Salmos 34.

La alabanza direcciona la atención de la comunidad a Dios. Dios responde al salmista con la salvación, y él bendice con cánticos al Todopoderoso. Al experimentar la irresistible gracia de Dios derramada en la alabanza, el salmista invita a los afligidos a unirse en adoración: “Engrandeced a Jehová conmigo y exaltemos a una su nombre” (v. 3). El cántico de los creyentes sana las heridas y alumbra los rostros de los afligidos y tristes: “Los que miraron a él fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados” (v. 5).

Así como una pequeña cantidad de levadura leuda toda la masa, la gratitud y las alabanzas de un cristiano pueden llevar al afligido hacia su Creador. Y Aquel que es lleno de amor y misericordia, oirá la alabanza de la boca de sus hijos y enviará a sus ángeles para protegerlos de la tribulación. Las alabanzas y la gratitud nunca cesarán de nuestra boca, y glorificaremos a Dios por la eternidad.

Los que confían en Dios, superan situaciones extremas y experimentan las bondades de su Creador. La vida del hombre consta de momentos difíciles y de prosperidad. El salmista confiesa que la bendición es disfrutar de la bondad de Dios: “Gustad y ved que es bueno Jehová. ¡Bienaventurado el hombre que confía en él!” (v. 8). David huye de Saúl y se va a un país extranjero, pero allí siente amenazada su vida y actúa como un demente, lamentándose de su situación.

La salvación llegó de la mano invisible de Dios y él no pudo dejar de alabarle por su misericordia. Nada falta a los que buscan a Jehová y buscan refugio en Él. La bendición más grande de los cristianos que tememos a Jehová, es ver cumplida Su promesa, de que nada nos faltará: “Jehová es mi pastor, nada me faltará” (Sal. 23:1).

Es fácil agradecer y alabar a Dios cuando todo va bien. Sin embargo, cuando atravesamos alguna desgracia nos invade el descontento y la frustración. Aunque David era un héroe que había matado a Goliat, delante del rey tuvo que actuar como un loco para salvar su vida. En aquel momento, mientras atravesaba aquella humillación lo primero que hizo fue alabar a Dios.

El fiel que alabe a Dios en toda circunstancia triunfará. Dios les guarde.

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