
Quienes me conocen me han escuchado en numerosas ocasiones resaltar la capacidad que tiene el sector turístico, el más humano de cuantos existen, para transformar los territorios y la vida de las comunidades que en ellos habitan. Y la Guajira tiene en el turismo una oportunidad única para desarrollar todo su potencial y a la vez diversificar su economía.
La región, ubicada en el extremo norte de Colombia, posee una riqueza cultural más que reseñable y paisajes que van desde el extremo de los desiertos a las playas recónditas. Esta unión de características ha sido una de las razones por las que cada vez más viajeros han puesto sus ojos en ella.
Según el último barómetro de ONU Turismo, el interés por Colombia es creciente. El país recibió en 2024 un 37% más de llegadas que en la época prepandémica. Y La Guajira también va en alza. Entre 2019 y 2024, las llegadas internacionales a la región aumentaron un 90%. Tras el descenso de la pandemia, ha tenido un crecimiento constante: desde un impresionante 148% en 2022 a un 32% en 2024. Así pues, los datos nos hablan de un área prometedora para el desarrollo turístico.
Ahora bien, para ese desarrollo hacen falta varios factores: el primero es el potencial, que sin duda ha quedado patente que la región tiene. El segundo, el apoyo desde los sectores público y privado que impulsen ese crecimiento, generen seguridad y confianza y, en tercer lugar, inversiones.
El turismo como motor para el cambio
Porque el turismo abre la puerta cambiar el antiguo paradigma. Si en anteriores décadas las inversiones dependían de la explotación de recursos naturales, ahora el turismo es la llave para el cambio.
En otras regiones del mundo, como Oriente Medio ya han iniciado ese camino y lo tienen en mente para construir su futuro. Tal es el caso de Arabia Saudí, donde según su visión 2030, trabajan para involucrar cada vez más al turismo en su economía, con el objetivo de que, para ese año, el sector represente el 10 % del Producto Interior Bruto, en comparación con el 3 % actual.
Según los datos de la guía de Inversiones de ONU Turismo Turismo Doing Business, Invirtiendo en Colombia, las proyecciones parecen positivas. Las entradas de IED en Colombia han mostrado resistencia en los últimos años, alcanzando los 17.400 millones de USD en 2023, consolidándolo como el cuarto mayor receptor de IED en América Latina y el Caribe.

El reto ahora, especialmente en regiones que están comenzando a desarrollar su potencial, es ser conscientes de que se requiere de inversión para mejorar las infraestructuras. Pero hay que saber también que esa inversión puede generar un círculo virtuoso en el que las regalías pueden ser reinvertidas estratégicamente y de ellas se beneficien las comunidades locales y acompañen, además, a la preservación de las tradiciones y el entorno. Por eso, más que un reto es una oportunidad de convertir el turismo en un eje transformador para esta área de nuestra querida Colombia.
Inspiración global: Aprendiendo de otras regiones
La autenticidad y el espíritu indomable de La Guajira la convierten en un lugar inigualable para diversificar tanto el perfil de viajeros con éxito, ya que allí tienen cabida visitantes tan distintos como los amantes de la naturaleza, el turismo cultural y el de la aventura, como, por ende, los modelos turísticos.
La práctica del kitesurf en Cabo de la Vela y la consolidación del Kite Fest Guajira han puesto la región en el mapa de este deporte, pero hay más oportunidades. Sabemos que el desarrollo turístico desde áreas desérticas ha sido un éxito en otras zonas del mundo, que han demostrado que los desiertos pueden convertirse en atractivos turísticos globales con actividades como el glamping o los deportes extremos y posicionarse con una oferta turística diferenciada y competitiva.
Estos modelos pueden servir como inspiración para La Guajira cuyos desiertos pueden acoger proyectos similares y competiciones de rallies. El camino ya ha comenzado a andarse con actividades como La Expedición Wayuu, que puede convertir a La Guajira en pionera en Latinoamérica en la práctica de ese tipo de deportes, incipientes en otras áreas del continente.
Impulsar y proteger su turismo comunitario
Mientras el mundo empieza a descubrir todo lo que esta región del Caribe tiene para mostrar, a La Guajira le toca poner en valor la identidad del territorio, seguir manteniendo a las comunidades en el centro y continuar trabajando la infraestructura para potenciar ese desarrollo sostenible.
Esto significa preservar los ecosistemas únicos de La Guajira, respetar las tradiciones Wayúu y potenciar prácticas que empoderen a las comunidades. Para ello hay que servirse de la innovación y la educación para promover negocios locales, generar empleo y que este sea de calidad, mientras se preserva el acervo cultural.
El futuro de La Guajira está en el turismo. Con inversiones estratégicas y una visión clara, este rincón inigualable puede convertirse en un símbolo de autenticidad y desarrollo sostenible basado en el turismo comunitario. Es hora de descubrir La Guajira.