El folclor está de luto, se ha ido una de las plumas finas de la composición vallenata, Luis Egurrola Hinojosa
La pluma dorada plasma la página en blanco con la tinta fina de su pensamiento, en esta ocasión, tinta opaca y triste, ¿y cómo no? Ha partido pronto una de esas plumas finas de la composición vallenata, uno de los hijos del Bautista, quien nació un 19 de julio de 1964, en la tierra donde es costumbre entregar el corazón, el maestro de maestros Luis Egurrola Hinojosa, hijo de don Enrique Egurrola Mattos y la poeta María Teresa Hinojosa Celedón (q. e. p. d.), hermano de la reina de reinas María Teresa Egurrola Hinojosa, de Jaime Enrique, del amigo Carlos Jaime, las bellas Claudia María, María Angélica (q. e. p. d.) y Ana María.
Casado con la bella dama Julieta Mendoza, de cuya unión nacieron dos hijos: Luis Carlos y Cristina Egurrola Mendoza, así mismo tuvo una hija mayor, Marianny Egurrola, con la distinguida dama Esther Daza.
El gremio del folclor está de luto, se apagó una voz, una representación ejemplar de la buena musa, esas que desviste el alma de cada poeta y compositor.
Luiso Egurrola, quien desde sus vivencias logró enamorar y transmitir su sentir, sus tristezas, sus alegrías, su dolor, todo lo que era él, cuyas letras pudieron ser leídas desde su voz y de aquellos que le dieron cuerpo y vida a sus canciones románticas y místicas, todas con su toque real y auténtico, como “Las verdades de mi vida”, que le grabó el Cacique, Diomedes Díaz; “Realízame mis sueños”, grabada por el Binomio de Oro; “Después de tantos años” por Los Diablitos; “Al final del sendero” también grabada por Diomedes Díaz; “Por tu primer beso”, grabada por Jorge Celedón; “Tú vas a volar” por Los Diablitos; “Cómo te olvido” por el Binomio de Oro; “Ilusiones” por el Cacique Diomedes Díaz, entre otras más.
Todas sus composiciones fueron perfectas, lograron y seguirán siendo escuchadas, cantadas y bailadas por los que saben lo que significa la composición de calidad.
El cielo está nublado, llovió tan fuerte en San Juan, el Bautista derramó su bendición a la familia Egurrola Hinojosa. Ya el compositor y poeta no estará más entre ellos, ahora está con Dios. El cielo está de fiesta, el compositor de “La carta” ahora cantará en la corte celestial.
Rendir homenaje para esta pluma a un poeta, a un ser valioso del folclor vallenato, al arte y la cultura, es un cumplido a su memoria, a sus buenas prácticas, a la contribución que hizo a la riqueza cultural de la tierra del Bautista. Luiso no ha muerto, Luiso seguirá vivo de generación en generación, dentro de sus sentidas letras, no nació para morir, nació para componer y plasmar su nombre en sus canciones.
Alas de mil colores
Voy a volar,
están creciendo mis alas,
voy a volar
a donde ella me esperaba,
voy a volar,
alas de mil colores,
las fantasías de mil canciones,
llevaré mi guitarra
para cantarte aquí en esta noche.
Un encuentro fugaz,
ella quizás no volverá a ser,
me va a matar mi morena
por tanto tiempo sin verla.
El lenguaje de su alma se manifestó en las letras de sus canciones, en la melodía metafórica de su musa, tan esbelta y atractiva para aquellos que lograron verla con sus oídos y cantarla con su alma.
Luis Egurrola Hinojosa, el folclor, tu San Juan, tu familia, tus amigos y tus seguidores te llevarán plasmado en la memoria de sus recuerdos. Tu imagen, tu manera de haberte hecho inmortal a través de tus canciones, serán el legado más grande que hacen los que, como tú, caminan por el sendero de la composición, el arte, la cultura y el folclor.