
La noticia de que Riohacha podría ser sede del Foro Mundial de Migración ha resonado en la región como una campanada de esperanza y potencial transformación. Para el departamento de La Guajira, históricamente azotado por desafíos económicos y sociales, este evento representa una ventana única hacia la visibilidad internacional, el intercambio de conocimientos y, crucialmente, el desarrollo económico.
La posibilidad de atraer miradas de todo el mundo hacia nuestra tierra implica un potencial aumento del turismo y la tan anhelada inversión extranjera. Imaginen el impulso para nuestros emprendedores locales, la revitalización de nuestra infraestructura hotelera y de servicios, y la oportunidad de mostrar al mundo la riqueza cultural que atesora La Guajira. El foro, además, se erige como una plataforma invaluable para aprender de experiencias globales en materia migratoria, fortaleciendo así la capacidad de nuestras autoridades y organizaciones para abordar esta realidad compleja y multifacética.
No podemos obviar el impacto económico directo que la organización de un evento de esta magnitud conlleva: desde la contratación de proveedores locales hasta la dinamización del comercio. Asimismo, este foro nos brinda la oportunidad de fortalecer nuestras instituciones y, quizás lo más hermoso, proyectar con orgullo nuestra identidad cultural, nuestras tradiciones ancestrales, invitando al mundo a descubrir la magia de Riohacha y La Guajira.
Sin embargo, esta prometedora coyuntura no está exenta de desafíos. La infraestructura local, el transporte, la seguridad y la logística son aspectos que demandan una atención prioritaria y una planificación meticulosa. Es aquí donde surge una preocupación legítima: ¿está la administración local, liderada por el alcalde Genaro Redondo, tomando las riendas con la diligencia que la ocasión amerita?

Francamente, las señales hasta ahora no invitan al optimismo desenfrenado. Se percibe una falta de un plan de preparación detallado y visible que aborde las necesidades evidentes. ¿Cómo pensamos recibir a delegaciones internacionales sin garantizar una infraestructura hotelera a la altura? ¿Cómo facilitaremos su movilidad sin un sistema de transporte eficiente y bien coordinado? ¿Y qué decir de la seguridad, un aspecto crucial para un evento de esta envergadura?
Desde esta tribuna, hago un llamado respetuoso pero enérgico a la alcaldía de Riohacha. Es imperativo desarrollar, a la brevedad, un plan de preparación integral que contemple la mejora de la infraestructura existente, la promoción turística estratégica de nuestros atractivos, y la capacitación del personal que estará involucrado en la atención a los asistentes.
La coordinación efectiva entre las autoridades locales y nacionales es fundamental para garantizar una respuesta unificada y eficiente ante los retos que se presenten. Asimismo, involucrar a la comunidad local en la organización y promoción del evento no solo generará un sentido de pertenencia y orgullo, sino que también enriquecerá la experiencia de los visitantes con la calidez y autenticidad de nuestra gente.
El Foro Mundial de Migración no debe ser visto como un evento pasajero, sino como una oportunidad catalizadora para el desarrollo sostenible de Riohacha y La Guajira. No podemos permitir que la inacción o la falta de previsión nos hagan perder esta valiosa ocasión de proyectarnos al mundo y construir un futuro más próspero para nuestra región. La historia nos juzgará por cómo supimos aprovechar (o desaprovechar) esta coyuntura única. La pelota está en la cancha de la alcaldía. Esperamos acciones concretas y resultados tangibles.