
8. “[…], y enjugará Jehová el Señor las lágrimas de todos los rostros y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho”.
Isaías 25.
Dios es fiel y cumple todas Sus promesas hechas a Su pueblo. Por este motivo, el profeta y el pueblo de Dios le alabarán por la eternidad. Por otro lado, las naciones que solían oprimir con violencia al pueblo de Jehová, conocerán el poder ilimitado de Dios, serán juzgadas y sus ciudades, desoladas. El castigo de Dios transformará al pueblo fuerte, a las gentes robustas.
Aunque se levanten los robustos con violencia, Dios será fortaleza y refugio para Sus hijos. Cuando los impíos nos persiguen como el calor del día, siempre podremos refugiarnos en Dios, dado que Él será nuestra sombra. Así como Isaías confesó “Jehová, tú eres mi Dios” (v. 1), Él es Dios de los atribulados y oprimidos, Dios de los pobres en Espíritu.

Hay un tiempo glorioso reservado para todos nosotros. Dios concederá un banquete de manjares suculentos para todos los salvos en el día de las Bodas del Cordero (Ap. 19:7-9). Nuestras lágrimas serán enjugadas, después de haber perseverado en la fe; tendremos el encuentro con el Amado de nuestra alma; y seremos consolados con gozo.
Solo los que tienen fe pueden esperar en Dios. El Señor no ignorará a los santos que han perseverado en la tribulación, y los librará de Sus enemigos. En aquel día, la maldad será destruida; ya no habrá más dolor ni muerte causados por el pecado; y conoceremos al Señor cara a cara (1 Co. 13:12). No habrá gozo más grande que participar del banquete celestial y la comunión íntima con nuestro Señor.
Dios es el Salvador y Protector de todo aquel que confiese que Él es el Señor. Él obra a favor de los destituidos, de los pobres y los afligidos que temen al Señor con humildad, y los protege de los crueles. Dios hará que el mundo entero lo tema, dándoles una advertencia, juzgando el poder de la tierra. Luego del juicio invitará a todos a un banquete donde eliminará la muerte, la tristeza y la vergüenza. Quien espera Su salvación disfrutará de todo lo bueno que Él tiene preparado.
Dios protege a Su pueblo, incluso en medio del juicio, y le promete un banquete en el cielo. Dios les guarde.






