
He tenido en la vida muchos amores y también desamores. Dos han marcado mi vida en mi plano sentimental, producto de esos dos grandes amores he tenido el mayor patrimonio que Dios me ha dado, como han sido mis cuatro hijos, lo más hermoso de mi existencia terrenal. “Miña” quien ya no se encuentra en este mundo fue la primera en marcar mi vida emocional y luego “Teo” conjugó el amor en lo más profundo de mí ser. Otra, la reina por siempre ha sido a la persona que más he querido en silencio, ella se ha convertido en mi amor platónico que alegraba mi alma y mi corazón atormentado por esas cuitas que he padecido en mi vida sentimental.
Como todo no es eterno, Dios me ha puesto en mi camino a una mujer excepcional en todo su recorrido. Dueña de una belleza sin igual en lo físico y en lo espiritual. He construido con ella una gran amistad, le he manifestado mi cariño, mi admiración y el amor que siento por esta villanuevera que se ha convertido en mi nuevo amanecer. Se la he puesto a Dios para que nuestra relación cuente con su bendición de una manera espectacular. Ella endulza mi corazón en el día a día y alivia mis penas que he sufrido por culpa del amor.
Hay una canción del desaparecido Armando Arredondo que me llega al alma, inmortalizada por Diomedes Díaz y que siempre estaré ahí, villanuevera de mi corazón: Detrás de tu vida “yo espero de ti tener la suerte, que tú me quieras, que tú me quieras. Yo te haré sentir mi amor ardiente, que tanto quema, que tanto quema. Cuando me estreches en tu cuerpo mi vida, y yo me duerma con tus besos mi amor, cuando me estreches en tú cuerpo mi vida y yo me duerma con tus besos mi amor. Y tú ves las heridas que hay en mi corazón, como en cuento de hadas, muy felices los dos. Yo siempre, yo siempre, viviré detrás de tu vida. Yo siempre, yo siempre, viviré detrás de tú amor. Te quiero, te quiero, no pagues con olvido. Te quiero, te quiero no me pagues con traición. Tú sabes que los dos, vamos a hacer un mundo nuevo, muy lleno de ilusión, y nuestro amor será verdadero. Donde existe el cariño, donde reine el amor, que tú me des calor y yo haré lo mismo. Tú eres la mujer noble y sencilla que ha conquistado mi corazón y por eso tú eres mi nuevo amanecer que Dios ha puesto en mi camino.

Villanuevera de mi corazón, Dios es la fuente de la comunión y por ello mi comunión espiritual con el que todo lo puede ha mostrado siempre que tú eres la mujer que entonará los cánticos del amor eterno, que endulzará este amor puro y bello que te ofrezco con la bendición de Dios.
Villanuevera, cuando brilla el sol se transforma en un espejo admirable de los tintes de cielos y tierra. Así, en efecto, sucede con la vida del hombre se enciende el amor, porque el amor todo lo transforma, y entonces se ama todo y todo se ve con ojos diferentes, porque el hombre sabe que en la tarde encontrará a su mujer. Porque el hombre creyente sabe que en la tarde de la vida encontrará a su Señor. Detrás de tú vida es un cántico supremo dedicado al amor visto como fragmento del infinito. Un mensaje dedicado, por tanto, a todos aquellos que a través del amor encuentran a la mujer y al Dios que es amor infinito.
Villanuevera, tú eres la mujer que Dios ha puesto en mi camino y estoy seguro que será un amor como la canción de Roberto Calderón Cujia para toda la vida. Cuando el amor verdadero surge espontáneo y en base a una amistad los cimientos son firmes y jamás decaerá. Cuando uno quiere de verdad, sea de noche o de madrugá, uno vive alimentando su corazón y como en la canción de Diomedes me preguntan, Hernán la hembra es muy bonita y les respondo no tiene comparación. Cuando mis ojos te vieron, mi corazón palpitó de emoción. Por eso Dios te puso en mi camino.