
6. “Porque misericordia quiero y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos”.
Oseas 6.
Nuestro Dios es misericordioso; Él venda las heridas y las dolencias de Su pueblo y lo hará revivir. Él hirió y Él hará revivir; Él destrozó, y Él curará. Israel el reino del norte y Judá son afligidos por el castigo de Dios, pero en cuanto se arrepintieren de sus pecados y volvieren a Dios, ciertamente serán sanados y restaurados por completo. El profeta Oseas clama: “Venid y volvamos a Jehová” (v. 1). Así como después de una oscura y profunda noche, nos sorprende el amanecer, Dios permanece inmutable por la eternidad.
Oseas añade diciendo: “esforcémonos por conocer a Jehová” (v. 3). Todos los creyentes que conocen a Dios y permanecen en Él, gozarán de una gracia sobreabundante y oportuna, como la lluvia temprana y la lluvia tardía, necesarias para la cosecha.
Dios se lamenta por un pueblo que no quiere volver a Él por deleitarse en sus pecados. Israel y Judá no han tratado con misericordia (“hesed” en hebreo que significa también amor y compasión) a Dios ni al prójimo. Lo que Dios desea no es sacrificio, sino misericordia y el conocimiento de Dios.

No obstante, el pueblo se rebeló contra Dios, como Adán que desobedeció en el huerto del Edén. No tuvieron presente a Dios en su vida, entregándose a ídolos y cosas abominables. Todos los sacrificios ofrecidos por ellos no cumplen su propósito delante de Dios. Galaad se ha convertido en una ciudad de malhechores, manchada de sangre; los sacerdotes matan y roban en el camino hacia Siquem. Debemos conocer más a Dios y hacer misericordia, para cumplir la voluntad de Dios en la tierra.
Israel recibe el castigo de Dios por haber desobedecido Su Palabra. Sin embargo, Dios deja ver primero Su amor y misericordia, que son parte de su personalidad y les da la oportunidad de restaurarse. Para restaurar la relación con Dios hay que descubrir cuál es la vida que Él desea y vivir acorde a esta. En otras palabras, es vivir con amor y compasión e ir conociendo a Dios.
Debemos analizar si vivimos cada día revelando Su personalidad y si nos esforzamos por conocerlo más. También debemos quitar el pensamiento erróneo de que “todo es aceptable” por ser el pueblo de Dios, reconocer que existe la posibilidad de alejarse de la voluntad de Dios y que es clave permanecer cerca de Su Palabra.
Dios desea levantar a Su pueblo, restaurarlo y salvarlo. Dios les guarde.