Edicion marzo 20, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

Diálogo social por el desarrollo de La Guajira

Diálogo social por el desarrollo de La Guajira
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Columnista - Obispo, Monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar C.Ss.R.
Columnista – Obispo, Monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar C.Ss.R.

La crisis profunda de La Guajira reclama de sus dirigentes y de la población en general, un diálogo amplio por el derecho a su desarrollo.

Durante los cinco años que llevo en La Guajira animando pastoralmente a la Diócesis de Riohacha, me he podido dar cuenta de que La Guajira es rica en todo; es decir, es una región con mucho potencial para llegar a ser uno de los departamentos más prósperos de Colombia.

No obstante, La Guajira se encuentra sumida en una profunda crisis humanitaria, ambiental, política y vulnerabilidad territorial, expresada en la quiebra del agro, la industria, el turismo y el comercio, con la consecuente pérdida de la soberanía alimentaria. La economía gira en torno a la gran minería con pocos encadenamientos con otros sectores productivos, configurando una economía de enclaves; presenta también pobres indicadores sociales, altos niveles de corrupción en personas e instituciones, y una creciente desigualdad social, lo que indica que sus pobladores no se han beneficiado en la misma proporción a las riquezas generadas por la explotación del carbón y el gas.

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Es triste saber que las actuales relaciones entre los actores políticos y sociales del departamento están mediadas por las divisiones, dispersión, tirantez, conflictividad y carencia de planes de articulación; lo que se traduce en un atoramiento para dialogar, concertar y  para llegar a unos consensos mínimos acerca de lo que debe ser el futuro de este bello y rico departamento.

La manifestación de esta  crisis social la encontramos en la proliferación diaria de los  bloqueos de las carreteras, los cuales indican que subsisten problemas estructurales que se mantienen insolubles.

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Esta realidad, de la cual ninguno es, o puede ser ageno, me hace pensar que si pretendemos salir adelante como departamento, es necesario modificar cualitativamente esas relaciones hostiles, por unas de  cooperación y colaboración mutua; y la mejor manera de lograrlo es a través del diálogo social, pues como dice el Papa Francisco: “en una sociedad pluralista, el diálogo es el camino más adecuado para llegar a reconocer aquello que debe ser siempre afirmado y respetado, y que está más allá del consenso circunstancial. Hablamos de un diálogo que necesita ser enriquecido e iluminado por razones, por argumentos racionales, por variedad de perspectivas, por aportes de diversos saberes y puntos de vista, y que no excluye la convicción de que es posible llegar a algunas verdades elementales que deben y deberán ser siempre sostenidas” (FT, 211).

En este orden de ideas, en La Guajira es necesario adelantar un debate serio y razonado, entre todos los actores de la sociedad, enmarcado en el respeto y la escucha profunda en torno al estado de la economía, los graves indicadores sociales e institucionales, los altos niveles de corrupción y clientelismo, etc., como paso previo a la construcción colectiva de los mecanismos para la diversificación productiva y satisfacer las necesidades básicas insatisfechas a fin de que los guajiros podamos llevar una existencia digna.

Para promover, adelantar y sostener ese diálogo social, algunas de las organizaciones de la sociedad civil como el Comité Cívico por la Dignidad de La Guajira y el Frente Amplio de Usuarios de los Servicios Públicos de La Guajira, están convocando a las fuerzas vivas del departamento, sin ninguna exclusión, a una reflexión colectiva, sopesando tanto los beneficioso como lo perjudicial en las orientaciones económicas y políticas de las últimas décadas, que nos impulse a forjar un Gran Acuerdo por el Desarrollo de La Guajira, sustentado en la construcción de un proyecto estratégico, que sólo es posible mediante la unidad de las organizaciones sociales, sindicales, comunitarias, étnicas, Iglesias, academia, partidos y fuerzas políticas, gremios de la producción, medios de comunicación y, obviamente, la institucionalidad, con el objetivo de construir democracia y ciudadanía.

Como Iglesia Cristiana Católica, hemos sido invitados a participar en esta gran apuesta para que sirvamos de facilitadores del diálogo social; invitación que aceptamos con humildad, con el solo interés de colaborar para que las partes se encuentren a dialogar por el bien de La Guajira. A este servicio nos inspira y nos mueve el Evangelio, la Doctrina Social de la Iglesia, el rico Magisterio Social del Papa Francisco en sus encíclicas: Laudato Si (sobre el cuidado de la casa común), Fratelli Tutti (sobre la fraternidad y amistad social), y la preocupación del Papa por la construcción de una cultura del encuentro que supere la indiferencia ante los que sufren y que hace posible el reconocimiento de la dignidad de cada persona humana.

En ese sentido, la Diócesis de Riohacha, con mucho respeto, convoca a todos los  guajiros a abrirle el camino a un diálogo social argumentado, fecundo, sensible, informado y respetuoso como el método para resolver las dificultades cotidianas y estructurales que nos aquejan, promocionando espacios de participación ciudadana, respeto por la pluralidad, las diferencias y la multiculturalidad, a fin de fortalecer las instituciones democráticas y el desarrollo de La Guajira.

Como Obispo de la Diòcesis de Riohacha, espero suscitar el interés de todos los actores sociales y dirigencia del departamento de La Guajira para lograr un Gran Acuerdo por el Desarrollo de La Guajira.

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