El anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, que declaró a Nicolás Maduro como vencedor de las elecciones presidenciales con el 51,20% de los votos, ha generado una fuerte conmoción internacional. Las reacciones han sido variadas, con numerosos líderes y países expresando serias dudas sobre la legitimidad del proceso electoral y denunciando irregularidades.
El (CNE) de Venezuela anunció que, con el 80% de las mesas escrutadas, Maduro había sido reelegido con el 51,20% de los votos, alcanzando 5.150.092 sufragios. Según el ente, la oposición, encabezada por Edmundo González Urrutia, obtuvo el 44,2% de los votos. Estos resultados han sido fuertemente cuestionados tanto a nivel nacional como internacional debido a denuncias de fraude e irregularidades.
Estados Unidos, a través de su Secretario de Estado Antony Blinken, afirmó que el resultado no refleja la voluntad del pueblo venezolano y cuestionó la transparencia del proceso. En América Latina, el presidente chileno Gabriel Boric expresó que los resultados son difíciles de creer y enfatizó la necesidad de total transparencia y la verificación por observadores internacionales independientes. Similarmente, el gobierno de Perú condenó las irregularidades y llamó a su embajador en Caracas para consultas, mientras que el presidente argentino, Alberto Fernández, calificó las elecciones de una farsa.
En contraste, algunos países aliados de Venezuela, como Cuba y Nicaragua, felicitaron a Maduro por su victoria. El presidente cubano Miguel Díaz-Canel y su predecesor Raúl Castro enviaron mensajes de apoyo, calificando el resultado como un triunfo para la causa bolivariana. El presidente nicaragüense Daniel Ortega también celebró el resultado, describiéndolo como una gran victoria para la paz y la estabilidad en la región.
Dentro de Venezuela, la situación ha sido tensa. La oposición ha denunciado múltiples actos de violencia y opresión durante el proceso electoral. Testigos informan de enfrentamientos y represión en diversas partes del país, con denuncias de manipulación y exclusión de candidatos opositores, destacando la descalificación de María Corina Machado, una figura prominente de la oposición.
La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, con llamados a un proceso electoral transparente y justo. La legitimidad del gobierno de Maduro pende no solo de la aceptación interna, sino también del reconocimiento internacional, el cual está actualmente en duda debido a las denuncias de fraude y falta de transparencia en el proceso electoral.