Edicion octubre 15, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA
Bajan nacimientos en Colombia
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Columnista - Martín Barros Choles
Columnista – Martín Nicolás Barros Choles

La natalidad viene decayendo cada año, por falta de producción o engendro procreativo de seres humanos, en parejas heterogéneas, sumados con controles anticonceptivos, disparan alertas en estadísticas, por aspectos negativos, en cuanto a evolución de crecimiento, que ha venido reduciendo en picada durante los últimos 15 años, en forma progresiva, con diferencias superiores del 10%, menos de nacimientos relacionados con el año anterior y sucesivos, por cuyas causas reducen gradualmente el número de habitantes. En Colombia, actualmente podría estar oscilando entre los 60 millones de habitantes, sin embargo, seguimos por debajo de 55 millones, aun cuando se presume que más de dos millones de colombianos residen en el exterior.

Anteriormente nacían de cuatro a cinco niños por cada persona fallecida; hoy en día, están naciendo dos niños por fallecido, y al ritmo que vamos, sumando envejecimiento, acciones violentas y delincuenciales, a futuro se contabilizarán más fallecimientos que nacimientos. Las fortalezas, el honor y la alegría de los hogares familiares son los hijos. Durante el siglo XIX y hasta la década de los años 60 del siglo XX, los hogares se caracterizaban por la cantidad de hijos criados. De ahí era común en los hogares criar de 5 a 18 hijos, siendo relevantes las decenas y docenas de hijos en familias. Excepcionalmente, algunas parejas tuvieron un solo hijo y otras hasta dos, tres y cuatro. Por motivo de cesárea se limitaron los partos a tres nacimientos, coadyuvado con elementos preventivos, preservativos y anticonceptivos, que frenan concebir seres humanos.

Estamos frente a un bajo índice de natalidad, originando transformaciones demográficas, que se vienen presentando en muchas naciones, generando cambios en manejos económicos, sociales y culturales; correlacionado con el volumen de envejecimiento, incrementando la reducción de habitantes territoriales a medida que vayan falleciendo adultos mayores, traduciendo déficit y desequilibrio poblacional, tendientes a acomodamientos de circunstancias generales, requiriendo mayores atenciones y ajustes.

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Si las personas mayores de 50 años están a la par de los menores de esta misma edad, estarían desnivelados en alta proporción, menguando la fuerza productiva en la que se fundamenta el sostén de desarrollo y progreso de una sociedad, afectando crisis en educación, disminuyendo la demanda del citado servicio por escasez de estudiantes y la fuerza laboral.

La juventud no está muy interesada en conformar una familia, en condición de padres y madres emparejados en hogar. Quieren gozar el ambiente de vida sin experimentar la crianza de sus hijos, alegando que no quieren tener lidias ni limitar movilidad y el disfrute de rumba, vanidades, recreación, viajes, entre otros. Las que logran tener hijos también limitan el número de nacimientos y prefieren tenerlos programados por cesárea, cuando bien pueden tenerlos por vía vaginal, previniendo, según opinión de algunas mujeres, los dolores que se ocasionan en el trabajo de parto y evitar desgarres musculares que pueda causarles el nacimiento vaginal. Por cesárea se limita tener hasta tres hijos, desconectando a la mujer con ataduras en las trompas de Falopio. Los ginecólogos, por negocio, prefieren practicar una cesárea que concentrarse en la atención y espera de un parto normal, que no está exento de peligros para la madre y su bebé, por algunas causas previstas.

Algunas parejas quieren tener máximo hasta tres hijos. Otras, uno o dos, de acuerdo con sus planificaciones y promedios de ingresos disponibles. Muchas mujeres se esterilizan por motivos de abortos y consumo de anticonceptivos. También inciden en la baja natalidad factores económicos, culturales, sociales, religiosos, ocupaciones laborales y paradojas demográficas sobre asuntos de fertilidad en parejas y operaciones de vasectomía en varones.

La natalidad debe controlarse en equilibrio proporcional sobre el ámbito habitacional, coadyuvado con medios de producción, índices de mortalidad, condiciones económicas, espacios territoriales, educación y concientización familiar, para informar, orientar y direccionar acciones que garanticen estabilidad familiar en los hogares.

El factor para tecnificar la planificación en natalidad lo constituyen controles estadísticos anuales. Los mandatarios tienen el deber de velar por la demografía, condiciones de convivencia, estratificadas con alternativas que permitan conservar el nivel de natalidad equivalente a, por lo menos, al 1.7% del número de habitantes anual. En Colombia, a manera de ejemplo, si se estableciera el 1.6% de habitantes presentes, deberían registrarse unos 860 mil nacimientos anuales, pero la estadística de los nacidos en el año 2024 es inferior al 50% del certificado por el Dane, cuyo acumulado en la baja durante los últimos 10 años es de un 31%, configurando un alto déficit de nacimientos.

El fenómeno de la baja natalidad no es solo de Colombia, sino de la globalidad mundial, que ya está repercutiendo en algunas naciones de Europa. Pueden mencionarse Polonia, Italia, Bulgaria, Suiza y otras, en las cuales ofrecen incentivos económicos en promociones para estimular parejas e incrementar nuevos nacimientos. Las ofertas no solo se limitan y dirigen a nativos, sino también a extranjeros que se comprometan a vivir en un determinado lugar cobijados por los beneficios prometidos.

En Asia, China fue la primera nación, hace 45 años, que frenó en seco la natalidad a futuro. Las personas residentes estaban próximas a contabilizar mil millones de habitantes, ocupando el primer lugar de la nación más poblada del mundo. En la referenciada nación, las familias eran bastante voluminosas, parecidas a los antiguos antioqueños o, localmente, los wayuu. Fueron obligadas a tener un solo hijo. Esa determinación conlleva que, al año 2080, tenga menos de mil millones de habitantes. Actualmente tiene 1.400 millones de personas, con un 70% de adultos mayores. Las familias numerosas pasaron de moda en la nueva cultura familiar de China y otras naciones, por cambios demográficos.

No es lo mejor estar superpoblados, con deficiencias económicas, sin atenciones ni oportunidades gubernamentales y de servicios. Pero tampoco es bueno descender en demasía, con bajo índice de nacimientos. En consideración a los estratos sociales, donde los ricos aportan a la sociedad menos hijos que los pobres. Ejemplo patético se refleja en el continente africano y en tribus, etnias, indígenas y negritudes, quienes, conjuntamente en comunidades rurales, donde las mujeres no consumen drogas anticonceptivas ni los varones utilizan condones en relaciones sexuales de pareja. El equilibrio consiste en conservar un mínimo de nacimientos en correlación con los fallecimientos naturales y violentos que se registren cada año en el territorio nacional.

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