Edicion octubre 9, 2024

Ana Faneth Brito Acosta: Medicina holística y vida de Fe

Columnista - Fabrina Acosta Contreras

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 “Las actitudes negativas nunca resultan en una vida positiva”

Columnista – Fabrina Acosta Contreras

Las mujeres de La Guajira tienen un poder universal abrazado al mar, al rio, a la pluriculturalidad, a la biodiversidad y ancestralidad de una tierra que es vientre fructífero, que es uterina, femenina y cabeza de un país. Mujeres que no sólo existen desde la (condicionante) resiliencia, sino desde la libertad de trascender a universos espirituales, viviendo su ser desde la plenitud y activando conscientemente el poder que tienen.

Hoy me inspiré para escribir sobre una mujer guajira que ha emprendido caminos de luz, comprendiendo que nuestra existencia es estructuralmente espiritual y que somos más que cuerpos materiales y limitados; Una mujer que no se ha quedado en el dolor sin aprendizajes, en la tristeza sin reinventarse, ni en los desafíos sin crear senderos transformadores. No es perfecta, precisamente es tan consciente de su ser perfectible que se disponen a vivir para transcender, siendo tejedora de esperanzas y un ser de luz.

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Sigo escribiendo en homenaje a la fuerza femenina, a su liderazgo y poder. Que el mundo se contagie de estas dinámicas de vida que iluminan hasta las más arraigadas tinieblas.

La medicina y salud a la Ana Faneth

Para ella la medicina, es amor, es vida y se tienen múltiples formas de recibirla. A través del oxígeno, sol, agua, movimiento, energía buena o mala, el placer sin excesos, el afecto… siempre buscando la integridad del espíritu, alma y cuerpo. Considera que todos los seres humanos, somos únicos, irrepetibles y llevamos un mundo por dentro. La forma como expresamos las enfermedades es diferente para cada persona por esto la atención debe ser integral e individual.

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Dra. Ana Faneth Brito Acosta, médico especialista en Terapéuticas Alternativas y Farmacología Vegetal.

En resumen, ella considera que la salud es el equilibrio del espíritu, alma y cuerpo que se obtiene a través de procesos funcionales, biológicos y emocionales como la nutrición, ejercicio,  respiración, buen sueño y modulación del estrés.

Ana ha tenido experiencias desafiantes y revitalizantes que la llevan a reconocer que no todo lo que ocurre es desde lo físico, sino que es un todo y es bueno mantener el equilibro del ser, cuidarlo, consentirlo y alimentarlo de amor, respeto y buenas energías; una de las experiencias mas bellas que ella relata fue la de ser madre por primera vez de su gran ángel SARA ISABEL, quien fue y sigue siendo su mayor aprendizaje, por medio del cual, entendió que tenía un llamado a ser una médica diferente, holística, creyente y confiada en el poder de lo natural y espiritual.

Refiere que. “Escogió su especialidad principalmente por ayudar a su hija Sara quien presentaba parálisis cerebral con muchos agravantes. No es fácil estar en el área de la salud y conocer la enfermedad y experimentar lo más profundo de ella y sentirnos impotente por no hacer nada. Buscando soluciones para mi hija quien tenía pocas opciones con tratamiento convencional con escasa mejoría inicié este hermoso recorrido. Mi hija ya no está, pero dejó huellas también en mi ámbito profesional”

La Mujer que retornó a su tierra

Luego de estudiar, trabajar y vivir por un buen tiempo fuera de La Guajira su tierra natal, decidió retornar a dar lo mejor de ella, desde una forma de hacer medicina original y pura, ahora recibe a pacientes llenos de esperanzas en la medicina del ser, natural, funcional y también visita sus casas llevando las terapias alternativas que van acompañada de diálogos profundos con sus pacientes, lo cual, ejerce un tejido de afectos sanador.

Ana refiere que: “Es una mujer que vive feliz, amo lo que hago, disfruto, escucho, aprendo y trato de entender a cada paciente que llega a mi vida. Si volviera a nacer escogería nuevamente medicina

El ser integral de una medica excepcional  

Conocer su trabajo, lleva a afirmar que es una mujer que integra roles profesionales, espirituales, del hogar (esposa, madre) y se entrega todos de manera profunda, menciona que ha contado con la bendición de tener un buen esposo, que ha sido aliado de sus proyectos, de sueños y de las batallas que les ha correspondido enfrentar juntos.

Como madre ha gozado de una experiencia amplia, su primera hija le mostró el verdadero amor y entrega viviendo ella en condición de discapacidad.  Las otras hijas llegaron a completar ese amor que le ha dado plenitud y aprendizajes. Afirma que “Definitivamente Dios no se quedó corto conmigo, con ellas me ha dado todo”

Ana es un ejemplo de mujer valiente, creativa, resiliente y creyente ella va por la vida, dando vida, regalando esperanzas y enseñando que la salud es más que la relación cuerpo-organismo, sino un universo espiritual, integral y merecedor de un cuidado real, preventivo y de amor propio; ella continúa fortalecida en su fe, en su familia, su esposo Jesús David Silva Martínez, sus hijas Isabella silva Rodríguez, Ana Sofia y Ana Gabriela Silva Brito.  Y de manera especial, a sus madres que entregaron todo para formarla y son las antorchas que iluminan su camino – la gran abuela Lola y su progenitora Fabiola.

La Dra. Ana Faneth Brito Acosta, acompañada de su esposo Jesús David Silva Martínez y sus hijas.

Cierro estas letras recordando que somos seres espirituales con un poder inagotable, anhelo que el mundo siga recibiendo el aporte de mujeres como ellas que se reinventan y crean nuevas y mejores realidades, vivan las mujeres que han hecho conscientes su fuerza espiritual e iluminan el camino de otros y otras. Gracias Ana por ser inspiración para tu gente guajira.

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