- Una de las preocupaciones es que la Reforma puede desencadenar una reducción en la oferta en ciertas profesiones o formaciones técnicas y tecnológicas de la salud.
- Según el análisis, la reforma no tiene en cuenta la poca viabilidad y sostenibilidad para la oferta de programas académicos en salud localizados en territorios apartados o distantes a ciudades principales.
- Las preocupaciones fueron expuestas por la decanatura de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Corporación Universitaria Iberoamericana.
Un posible impacto negativo en los programas de educación superior podría generar la Reforma a la Salud como está planteada hasta el momento, alertó la decanatura de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Corporación Universitaria Iberoamericana, luego de un análisis realizado a la propuesta.
La Universidad señaló que una de las principales preocupaciones que genera la Reforma, es que propone priorizar la formación de talento humano en salud y especialidades médicas sin precisar los mecanismos o acciones bajo los cuales se orientaría esta priorización, algo que podría desencadenar en una reducción en la oferta en ciertas profesiones o formaciones técnicas y tecnológicas, que a largo plazo afectaría la conformación de equipos básicos y complementarios para la implementación del modelo de atención propuesto en todo el territorio nacional.
Según lo explica Fernanda Sarmiento Castillo, decana de ciencias de la salud de La IBERO, “es preocupante que en la propuesta de la Reforma no se precisen elementos que, a la luz del Sistema de Educación Superior del país, permitan anticipar la aplicación que tendrían los cambios propuestos en la creación de programas académicos, de aseguramiento de la calidad, de acreditación de alta calidad, de relación docencia – servicio, y de convalidación de títulos. Lo más importante de un sistema de salud son los profesionales, y su formación es un factor fundamental”.
Otra de las preocupaciones que señala La IBERO es que, con lo planteado en la Reforma, no se tiene en cuenta la poca viabilidad y sostenibilidad para la oferta de programas académicos en salud localizados en territorios apartados o distantes a ciudades principales, a los que les sería mucho más difícil cumplir todos los requerimientos de calidad bajo las capacidades del sistema de salud y educativo en los territorios.
El análisis concluye que debe ser claro que la mejor distribución de los trabajadores y profesionales de la salud en el país depende, entre otros, de las dinámicas que plantee el sistema de salud y el modelo de atención que se establezca, de la garantía de condiciones de vida y laborales dignas, de estímulos a quienes se sitúen en zonas apartadas y del orden público en zonas donde los trabajadores de la salud han sido víctimas de diferentes grupos y organizaciones al margen de la ley.
“Si a esta situación se llegaran a sumar posibles reducciones de cupos para formación en profesiones de la salud en Instituciones de Educación Superior localizadas en ciudades principales, se presentaría un mayor déficit de talento humano en salud, que tardaría varios años en recuperarse”, añadió Sarmiento.
Otro de los puntos que propone La IBERO es que, en la Reforma, se tenga en cuenta la necesidad de tener una mayor articulación entre actores de los sistemas de salud y educativo que posibiliten de manera sostenible la formación práctica en contextos intra y extramurales bajo condiciones de calidad y equidad; y que finalmente, se dé cabida a la diversidad en los procesos formativos inherentes a las profesiones de la salud, fundamentados en sus propios objetos de estudio y referentes epistemológicos, para el establecimiento de procesos regulatorios y determinantes de la calidad de la formación más pertinentes a las mismas.
Así mismo, la Institución Educativa resalta que es preocupante que la Reforma a la Salud no incentive la formación de profesionales de la salud con enfoques tecnológicos y digitales, fruto de los aprendizajes derivados de la pandemia por Covid 19. Sobre todo hoy en día cuando la Salud Digital y la Telesalud se han abierto espacio como campos de oportunidad para reducir barreras de acceso, asegurar la oportunidad, apoyar la resolutividad, entre otros; y los profesionales deben estar en capacidad de aprovechar sus ventajas. Así mismo, con la telesimulación clínica y otras estrategias ya desarrolladas, es posible ampliar la perspectiva frente a las modalidades de formación en salud, como complemento o apoyo a la formación presencial, sin que ello vaya en detrimento de una formación de calidad.
Por último, la universidad señala que el texto de la Reforma a la Salud genera otros impactos a la educación superior de manera indirecta que deben ser revisados a fondo para garantizar su articulación, como el capítulo de Política Nacional de Ciencia, tecnología e innovación en Salud; capítulo sobre Política de Medicamentos, insumos y tecnologías en salud; capítulo sobre Régimen Laboral de los Trabajadores de la Salud, capítulo sobre Autonomía profesional y autorregulación; y capítulo sobre Régimen Disciplinario y Sancionatorio.
“Esperamos que estos puntos logren articularse efectivamente con el sector educativo y con las instituciones de educación superior que ofrecemos programas de salud, para lo cual siempre estaremos abiertos a aportar nuestros puntos de vista”, puntualizó Fernanda Sarmiento Castillo, decana de ciencias de la salud de La IBERO.