Alerta institucional desde la administración municipal de Uribia.
El alcalde de Uribia, Jaime Luis Buitrago García, manifestó su preocupación por la crítica situación en la que se encuentra la E.S.E Hospital de Nazareth, único centro de salud de baja complejidad que opera en la zona norte del municipio y que atiende principalmente a comunidades indígenas wayuu.
A través de un comunicado dirigido a la opinión pública, el mandatario advirtió que la intervención administrativa ordenada por la Superintendencia Nacional de Salud en enero de este año no ha generado mejoras, sino que ha profundizado las fallas en la operación del hospital. Señaló que actualmente el centro presenta un “marcado deterioro financiero, administrativo y asistencial”, con consecuencias visibles en la atención y en las condiciones laborales del personal, que acumula meses sin recibir salario.
“La comunidad ya sufre los efectos de esta crisis”, expresó el alcalde, al referirse a protestas pacíficas del personal de salud y a medidas como la suspensión de créditos en establecimientos locales a los trabajadores del hospital.
Si bien reconoció el avance en la construcción de una nueva sede hospitalaria, Buitrago advirtió que contar con infraestructura moderna no garantiza por sí sola la sostenibilidad del servicio, si no se acompaña de una planificación operativa, financiera y de recursos humanos adecuada. Además, expresó alarma por los rumores sobre una eventual liquidación del hospital, una posibilidad que calificó como una amenaza directa al derecho fundamental a la salud, dado que no existe una alternativa de atención cercana ni viable en esta región del departamento.
En ese contexto, el alcalde hizo un llamado urgente a la Superintendencia Nacional de Salud para que revise de fondo el curso de la intervención y adopte decisiones inmediatas que garanticen la continuidad del servicio. También exhortó al Ministerio de Salud, a las EPS y a la administración departamental a asumir sus responsabilidades financieras con la E.S.E Hospital de Nazareth.
Finalmente, Buitrago reiteró el rechazo a cualquier intención de cerrar o liquidar el hospital y exigió que toda decisión se tome con transparencia, diálogo directo con las comunidades indígenas y enfoque territorial. Reafirmó el compromiso de su administración para coadyuvar con las herramientas legales a su alcance en la recuperación institucional del hospital, siempre priorizando la vida, la salud y la dignidad de la población wayuu.
