Edicion noviembre 23, 2024
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

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Columnista – Fabio Olea Massa (Negrindio)

Tuve el honor de ser juez de la república por mérito, muy distinto a ser nombrado en provisionalidad. Esta fue una experiencia enriquecedora en mi vida porque sirvió para mi formación integral como abogado. Puedo decir que conozco la justicia por dentro, como juez, y por fuera como litigante. Qué paso con la carrera judicial en el distrito judicial de Riohacha; porqué hay  tantos jueces nombrados en provisionalidad y no en propiedad de la lista de elegibles, conformadas con los abogados que superaron el concurso de méritos para ser nombrados en los cargos vacantes?. Presentaré un derecho de petición ante la Sala Administrativa de la Judicatura para que me dé respuesta al respecto?

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Como litigante en el área del derecho civil puedo asegurar que la mayoría de nuestros jueces son buenos, estudiosos y comprometidos con su función; pero en honor a la verdad tambien los hay mediocres intelectualmente, pobre la calidad jurídica de sus fallos y poco eficientes a la hora de ejercer su misión. Estos últimos están en la base de la pirámide jerárquica de la rama judicial, son los jueces de pequeñas causas y promiscuos municipales.

El juez es un ser humano y como tal falible. Que se equivoca, sí, es normal, pero su error solo es excusable si se basa en la aplicación de la norma legal que admite una razonada interpretación diversa; esto puede pasar y ocurre, para eso están los recursos judiciales para corregir el yerro judicial. Pero que un juez de la Republica después de dictar oralmente una sentencia en un proceso de única instancia, sabiendo que le está prohibido reformarla por fuera de audiencia por expreso mandato del art. 285 del C.G del P., proceda posteriormente a hacerlo mediante un auto supuestamente “aclaratorio”. Aquí no estamos en presencia de un simple error sino ante la comisión del delito de prevaricato judicial.

Parece increíble que haya ocurrido pero sucedió en un juzgado de pequeñas causas y competencia múltiple de Riohacha, a cargo de un juez en provisionalidad, lo que llevó a que mi cliente afectado con ese acto ilegal interpusiera en contra del señor Juez una acción de tutela por violación al debido proceso, la cual fue fallada favorablemente por el juez cdel circuito, quien además le halo las orejas para que no vuelva a cometerlo.

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Casos como esos se cometen a diario y son el común denominador en los despachos judiciales de inferior categoría, tambien los promiscuos municipales de los pueblos en los que además la morosidad campea. En uno de los despachos de Fonseca a cargo de una juez en provisionalidad, allí los procesos no avanzan. La mayoría de las audiencias programadas fracasan porque siempre hay una “excusa” para no realizarlas, congestionando la agenda, causando morosidad en los procesos, afectando la prestación de un buen servicio de justicia en detrimento de los usuarios, en general, y de los abogados litigantes en particular.

El Honorable Tribunal Superior de Riohacha, corporación judicial de mi mayor respeto y consideración por sus miembros, debería preocuparse por la idoneidad de los jueces que nombra en provisionalidad o en encargo, asunto de la mayor responsabilidad que le compete como nominador, nombrando a funcionarios competentes para desempeñar estos cargos; que reúnan las calidades personales y la preparación y experiencia necesarios para cumplir bien su función judicial, tan importante en un estado social de derecho para la eficiencia de la administración de justicia, la aceptación y credibilidad de la sociedad y la seguridad jurídica.

Sobre el juez de este tiempo ha sido la Corte Constitucional: “el llamado a los operadores de justicia tiene el fin de que procuren el desempeño de su función con integridad, en interés de la justicia y de la sociedad, conservando una ética jurídica y la aprehensión de los mayores conocimientos al momento de proferir sus determinaciones judiciales para, de este modo, conservar la confianza del usuario que acude en pro de una tutela judicial efectiva y de justicia material”.

Para ser un buen juez hay que estudiar mucho y tener criterio jurídico, la justicia no se improvisa. La justicia tiene que ser ejercida por los mejores jueces y estos son los que accedieron a la judicatura por sus méritos y no por “palanca”.

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