En una demostración de unidad y respaldo a la operación minera, cientos de personas salieron este miércoles a las calles del municipio de Albania para participar en una marcha pacífica contra los bloqueos que de manera frecuente afectan la vía férrea de Cerrejón. Con pancartas en mano y consignas a favor del trabajo digno, familias enteras, empleados de la empresa y ciudadanos en general exigieron el cese de las interrupciones que han paralizado el transporte de carbón durante más de seis días consecutivos.
Los mensajes que se leyeron en la movilización fueron claros: “No más bloqueos”, “Cerrejón es empleo y bienestar para La Guajira”, “Cerrejón motor de desarrollo de La Guajira”, “Los niños apoyan a Cerrejón”, “Mecánicos asociados apoyamos a Cerrejón por un trabajo digno, seguro y por el bienestar de nuestras familias”. Estas frases reflejaron el sentimiento colectivo de una población que ve en la empresa no solo una fuente de ingresos, sino también un pilar del desarrollo económico del departamento.
La jornada se desarrolló de manera pacífica y contó con la participación masiva de trabajadores, asociaciones locales y ciudadanos que reclamaron su derecho al trabajo sin interrupciones. Los manifestantes advirtieron que los bloqueos reiterados generan graves consecuencias para la estabilidad de miles de hogares que dependen de manera directa o indirecta de la operación de Cerrejón, al tiempo que afectan la competitividad del sector minero y la economía de La Guajira.
Los bloqueos a la vía férrea se han convertido en un mecanismo de presión usado por diferentes sectores y comunidades para plantear exigencias o demandas puntuales. Sin embargo, la ciudadanía de Albania expresó que este tipo de acciones atentan contra la estabilidad laboral de una región que históricamente ha encontrado en Cerrejón un motor de desarrollo.
Con esta marcha, los habitantes del municipio enviaron un mensaje contundente: la necesidad de mantener el diálogo social sin recurrir a prácticas que afectan la productividad y el sustento de miles de familias. La protesta pacífica se consolidó como un llamado ciudadano para defender el derecho al trabajo y garantizar la continuidad de una operación que, desde hace décadas, sostiene gran parte de la economía guajira.