El centro cultural del Banco de la República en Riohacha reunió a la comunidad riohachera y guajira alrededor de la memoria, la vida y la obra de Gabriel García Márquez, a propósito del decenio de su fallecimiento, el pasado 17 de abril. Por medio del ciclo de conversaciones “La Guajira en Gabo” investigadores, académicos, conocedores de la producción literaria, amigos y familiares se juntaron para compartir análisis, reflexiones y testimonios asociados al que podría ser el escritor más importante de nuestro país. Esteban Narváez, gerente del Banco de la República en Riohacha, abrió el espacio mencionando que hechos como la serie de Netflix sobre Cien años de soledad -que se encuentra en producción- o la reciente publicación de En agosto nos vemos –el libro más vendido en Colombia y México en esta temporada- hacen que el Nobel de literatura mantenga su presencia tan vigente como cuando estaba entre nosotros. “Actualmente, Gabriel García Márquez ha superado a Miguel de Cervantes Saavedra como el escritor de habla hispana más traducido de la historia”.
El docente y crítico literario Juan Moreno Blanco, el historiador Fredy González Zubiría, el cronista Jaime de la Hoz Simanca y el ensayista Víctor Bravo Mendoza presentaron a la ciudadanía los hallazgos de sus trabajos investigativos en los que abordaron a García Márquez desde distintos ángulos. El profesor Juan Moreno compartió los elementos de la cosmogonía wayuu que inspiran y sostienen el universo de Cien años de soledad, y que son parte esencial del estilo narrativo del Nobel debido: “Gabriel García Márquez coexistía en dos realidades culturales: una, la principal, la de sus abuelos y padres; y otra, la de los sirvientes y criados de la casa. En sus primeros años, vivía entre dos lenguas –español y wayuunaiki- y, por tanto, en dos universos simbólicos al mismo tiempo que lo influenciaron para siempre”.
Por su parte, el historiador Fredy González Zubiría presentó evidencia documental, empírica y testimonial que aviva la posibilidad de que Gabriel García Márquez no sea oriundo de Aracataca (Magdalena), sino de Riohacha. “Los padres de García Márquez pasaron su luna de miel y concibieron a Gabo en Riohacha. Se dice en diferentes fuentes que su madre viajó sola de Riohacha a Aracataca, con ocho meses de embarazo. Esto no sería posible dadas las condiciones inhóspitas del viaje y las tensiones sociales que estaban ocurriendo en la zona bananera en aquel entonces. Tenemos evidencia de que el niño fue bautizado en Aracataca, efectivamente, pero no de que hubiera nacido allí; hay otros registros que ubicarían a Riohacha como su lugar de nacimiento”, aseguró.
El cronista Jaime de la Hoz compartió distintas anécdotas que hacen gala del pensamiento agudo y de la actitud “mamagallista” caribeña que tanto caracterizó al responsable de títulos como El amor en los tiempos del cólera o El otoño del patriarca. “Se cree que sobre Gabo ya se ha dicho todo y, de pronto, se encuentra uno con que salió la publicación de un médico en la que hizo la valoración psiquiátrica de los personajes de Cien años de soledad; esto solo muestra que sobre este autor aún queda mucho por decir”. Finalmente, el ensayista Víctor Bravo, quien recopiló en su libro La Guajira en la obra de Gabriel García Márquez todas las veces en las que el departamento fue mencionado o referenciado en las publicaciones del autor, celebró el espacio y recalcó la importancia de seguir manteniendo vivo el legado garciamarquiano.
El público estaba compuesto por muchas personas que compartieron sus experiencias y momentos con el escritor, lo que demostró el gran impacto que Gabriel García Márquez ha dejado en La Guajira y el afecto que sobre él se mantiene a pesar del paso del tiempo. Los asistentes e invitados coincidieron en que el departamento cuenta con lo necesario para capitalizar el legado de Gabriel García Márquez de cara a las celebraciones que se realizarán en 2027, cuando se cumplan los cien años de nacimiento de Gabo, una de las personalidades más relevantes de la cultura colombiana.