La protección de nacederos y suelos fértiles es clave para enfrentar la escasez hídrica en Macuira
En el extremo norte de la Alta Guajira, comunidades indígenas Wayuu están impulsando acciones concretas para proteger las fuentes de agua del Parque Nacional Natural Macuira, un ecosistema clave como regulador hídrico en la región, lo que lo convierte en un territorio de alto valor ecológico y estratégico para la seguridad hídrica local. Mediante prácticas agroecológicas que están restaurando áreas degradadas, están mejorando la fertilidad del suelo y conservando los nacederos que abastecen de agua a cientos de familias en una de las regiones más áridas de Colombia.

Estas iniciativas, enmarcadas en la Semana Mundial del Agua, representan una respuesta tangible frente a la escasez hídrica que enfrenta el territorio. Gracias al trabajo articulado entre las comunidades Wayuu y la Fundación Alpina, se han implementado prácticas que no solo regeneran ecosistemas estratégicos, sino que también aseguran la protección de nacederos fundamentales para la vida en una de las zonas más vulnerables del país.

En este contexto, las comunidades implementan prácticas agroecológicas que fortalecen su adaptación al cambio climático y mejoran el manejo del agua. Utilizan abonos orgánicos, rotación de cultivos y siembra directa para aumentar la fertilidad del suelo y conservar humedad. También aplican coberturas vegetales, policultivos y agroforestería para regenerar áreas degradadas y captar carbono. Además, recolectan agua lluvia y rehabilitan nacederos para asegurar el abastecimiento en sequías, mientras que el control biológico de plagas y el uso de semillas nativas promueven una producción sostenible sin dañar el ecosistema.

La implementación de prácticas agroecológicas en Macuira va más allá de la producción; es una apuesta por el uso regenerativo del suelo, el agua y la biodiversidad. Un impacto clave ha sido la rehabilitación de nacederos y zonas de recarga hídrica, mediante el enriquecimiento forestal con especies nativas del bosque seco, lo que ha permitido conservar la humedad del suelo y proteger nacimientos vitales como el ojo de agua Joupanalu’u.
“Estas iniciativas fortalecen no solo la seguridad alimentaria, sino también el tejido social, generando esperanza y bienestar para las familias Wayuu que cuidan su tierra y su agua.”, comenta Camila Aguilar, Directora Ejecutiva de Fundación Alpina.

Estas acciones no solo contribuyen a la conservación del agua, sino que también fortalecen diversos servicios ecosistémicos fundamentales para el equilibrio ambiental y el bienestar de las comunidades. A continuación, se destacan los principales servicios que se están regenerando gracias a estas prácticas:
- Provisión de alimentos: Garantiza la seguridad alimentaria de las comunidades mediante proyectos productivos.
- Conservación del agua: Mejora y mantiene nacimientos de agua a través de la rehabilitación y reforestación.
- Regulación climática: Enriquecimiento del bosque que captura carbono y estabiliza el clima local.
- Recursos naturales: Fortalecimiento de viveros para uso sostenible de madera, fibras, medicina y más.
- Purificación del aire y agua: Filtración natural de contaminantes gracias a la recuperación forestal.
- Formación y conservación del suelo: Mejora de la fertilidad y estructura del suelo esencial para la agricultura y ecosistemas.
Los logros alcanzados reflejan el compromiso y la colaboración entre las comunidades Wayuu y la Fundación Alpina, quienes trabajan de la mano para proteger y restaurar un territorio clave para la vida y la cultura en la Alta Guajira. Esta integración de conocimientos ancestrales y técnicas agroecológicas demuestra que es posible enfrentar los desafíos del cambio climático mediante soluciones sostenibles, que cuidan los recursos naturales sin perder de vista el bienestar social.