La obra fue entregada por el Gobierno del Cambio a través del Fondo de Programas Especiales para la Paz e impacta positivamente a esta comunidad, en el marco del Modelo de Atención Integral que implementa Bienestar Familiar en el departamento de La Guajira.

Esta Unidad Comunitaria de Atención fortalece la infraestructura pedagógica y cultural destinada a la educación inicial y al desarrollo integral de la primera infancia wayuu. En este espacio, agentes educativos comunitarios acompañan el crecimiento y aprendizaje de 113 niñas y niños, promoviendo procesos formativos acordes a su identidad cultural, mientras se propician también encuentros comunitarios que fortalecen los lazos sociales y familiares en Yawaka.

La obra, hace parte del proyecto «Estudios, diseños y construcción de la Sede Educativa Yawaka – Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima» y fue posible gracias a una inversión superior a los $2.900 millones. Esta primera fase incluye un módulo multigrado con tres aulas de clase, baterías sanitarias, una zona administrativa y la Unidad Comunitaria de Atención que complementa la infraestructura educativa existente, respondiendo a las necesidades expresadas por la comunidad.

El diseño arquitectónico de la sede honra la cosmovisión wayuu: sus formas circulares evocan la vida en comunidad, los recorridos en espiral simbolizan el aprendizaje continuo y los tonos terracota y arena se funden con el paisaje desértico. Este modelo participativo permitió que la comunidad contribuyera activamente en las decisiones sobre los espacios y el diseño, asegurando que la obra reflejara su identidad cultural y territorial.

Yesit Ojeda Camargo, autoridad tradicional de Yawaka, celebró la entrega destacando el cumplimiento de los compromisos asumidos: «Esta es la única megaobra que existe en la Troncal del Caribe; gracias al Gobierno del Cambio que cumple con su palabra. Estamos muy agradecidos; es la primera vez que un gobierno nos da la mano».

De igual forma, Darsi Mendoza, estudiante de la Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima, afirmó que la obra transforma su realidad educativa: «Antes no teníamos suficientes aulas para nuestras actividades académicas. Ahora podremos seguir estudiando cerca de nuestras familias y nuestro territorio».

En su intervención, Matilde López, accionante de la Sentencia T-302, resaltó el compromiso del Gobierno Nacional con las comunidades wayuu: «Es la primera vez que un gobierno presta verdadera atención a los niños y las niñas de La Guajira. Aún falta mucho por hacer, pero este es un paso enorme. Esta obra representa dignidad y desarrollo para nuestro pueblo».

Finalmente, May Belliny Badillo Brito, directora regional encargada de Bienestar Familiar en La Guajira, enfatizó el papel transformador de la educación inicial: «No se trata solo de construir una infraestructura, sino de crear ambientes pedagógicos acogedores donde las niñas y niños se sientan importantes, escuchados y parte de su comunidad».







