El pasado 10 de enero, Nicolás Maduro asumió su tercer mandato presidencial en Venezuela, juramentándose para el período 2025-2031. La ceremonia se llevó a cabo en la Asamblea Nacional, controlada por el oficialismo, y contó con la presencia de aliados internacionales como los presidentes de Cuba y Nicaragua.

Maduro declaró que “ha triunfado la verdad” y que Venezuela avanza en paz, democracia y soberanía. Sin embargo, tanto la principal coalición opositora venezolana como gran parte de la comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos, consideran que se trata de un “golpe de Estado”.

La oposición, liderada por Edmundo González Urrutia, sostiene que las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 fueron fraudulentas y que González Urrutia es el legítimo ganador. En un mensaje desde el exilio, González Urrutia anunció su intención de regresar a Venezuela para asumir la presidencia, afirmando que representa la voluntad de millones de venezolanos. Además, instó al alto mando militar a desconocer las órdenes de Maduro y a cesar la represión.

A pesar de la crisis política en Venezuela, en el departamento de La Guajira, zona fronteriza con el vecino país, no se registraron alteraciones del orden público. Las autoridades implementaron medidas preventivas en la frontera y en los consulados, lo que contribuyó a mantener la tranquilidad.