Para fortalecer la economía en este sector emblemático de la venta de pescado en Riohacha.
Desde hace 30 años, Anelsis Rivadeneira ha madrugado todos los días al Tambo para vender pescado, una labor que desempeña con orgullo porque se ha convertido en el sustento de su familia.
Sus manos, han sido testigos del paso del tiempo y el deterioro de este lugar, que por años permaneció invisible ante la mirada del gobierno.

Durante décadas, ella y sus compañeros comerciantes trabajaron en condiciones difíciles: un piso deteriorado, sin baterías sanitarias, con techos que apenas ofrecían sombra y mesones en mal estado.
Sin embargo, el amor por su oficio y la necesidad de sustento para sus familias los mantuvieron firmes, atendiendo tanto a la comunidad local como a los turistas que visitan esta emblemática zona del distrito.

Todo cambió con la llegada de una iniciativa impulsada por la administración distrital bajo el liderazgo del alcalde Genaro Redondo, quien vio en Anelsis y en sus compañeros más que simples comerciantes: vio guardianes de una tradición, actores clave en la economía local y, sobre todo, personas que merecían condiciones dignas para ejercer su labor.
La intervención en ‘El Tambo’ no solo transformó su infraestructura, sino también la vida de quienes trabajan allí. El piso fue renovado, los techos fueron adecuados, los mesones restaurados y se pusieron en funcionamiento baterías sanitarias. Además, cada comerciante recibió una dotación de cavas nuevas para la refrigeración del pescado, reemplazando las viejas y dañadas que ya no cumplían su función.

“Primera vez que un alcalde aquí en Riohacha hace este gesto con los moradores del tambo. Llevo 30 años aquí y nadie se había manifestado de esta manera”, afirmó con emoción Anelsis, a quien llaman por cariño ‘Ani’.
Este cambio ha significado mucho más que una mejora en la infraestructura; ha traído esperanza, mayor estabilidad económica y la posibilidad de incrementar sus ventas en un ambiente más saludable y adecuado. Ahora, ‘El Tambo’ no solo es un lugar de trabajo, sino un símbolo de dignificación para Ani y los demás comerciantes.

“Bueno, estamos muy contentos por esta nueva obra que el alcalde nos acaba de entregar porque si miramos anteriormente teníamos muchas dificultades para poder prestar un servicio adecuado, ya que nosotros manipulamos comida. Hoy los cambios son significativos, ya que hoy tenemos acceso, por ejemplo, a unos baños bien chéveres, tenemos unos mesones que uno los mira y ya se le ve que son unos mesones que están limpios, que se puede prestar un servicio de mejor calidad, tanto para los usuarios como para nosotros como personas. También el piso, la mejora del techo, todo eso nos hace sentir contentos y más seguros a la hora de poder prestar un servicio adecuado para la gente que nos viene a comprar.”, aseguró Luis Alberto Roger Móvil, otro de los comerciantes de este lugar.
Esta intervención hace parte de la apuesta del alcalde del Distrito ‘Fami Empresas’ que busca fortalecer los emprendimientos y labores comerciales, para mejorar las condiciones de vida de muchas familias de la ciudad.
