Maicao se convierte en el cuarto municipio del país en dar el paso hacia la energía limpia.
El sol que cada día abraza a Maicao ahora se convierte en una fuerza transformadora para su gente. Este 28 de agosto fue inaugurada la primera granja fotovoltaica del municipio, gracias a la alianza entre el Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (FENOGE) y la Alcaldía de Maicao, haciendo de esta tierra fronteriza el cuarto municipio del país en avanzar hacia la energía renovable.
El alcalde Miguel Felipe Aragón González destacó el impacto social y económico del proyecto:
“Significa mucho realmente para nosotros, significa poder paliar esa grave situación que tenemos con las altas tarifas de energía en Maicao. El que hoy tengamos este tipo de beneficios gracias al Ministerio de Minas, a FENOGE y a la colaboración de este municipio que busca soluciones para la población vulnerable especialmente. Con este programa vamos a beneficiar a más de 500 familias que podrán aliviar esas altas tarifas en sus costes de servicios”.
La directora de FENOGE, Ángela Álvarez, resaltó el cumplimiento de los compromisos adquiridos y la sostenibilidad de la obra:
“La importancia es mostrar que sí se pueden hacer proyectos en tiempos y en costos reales que le sirvan a la comunidad, que cumplimos nuestras promesas. La granja ya está terminada, solo nos falta concluir un trámite con Air-e y entregarla oficialmente a la Alcaldía. Este proyecto tiene una vida útil de 25 años en sus sistemas y, con una buena operación y mantenimiento, podrá extenderse otros 25 años más”.
El esquema contempla además la seguridad de la infraestructura, responsabilidad del municipio, garantizada mediante seguridad privada.
El mandatario local insistió en la necesidad de cuidar el proyecto:
“El respeto por los equipos, por estos bienes inmuebles que beneficiarán a más de 500 familias, es fundamental. Los recursos invertidos son de todos los colombianos, de todos los maicaeros, y estamos llamados a protegerlos”.
Con esta inauguración, Maicao se suma a las ciudades pioneras en energías renovables, apostando por un modelo de desarrollo más justo, equitativo y sostenible. La granja fotovoltaica no solo representa infraestructura, sino también un símbolo de unión comunitaria e institucional para transformar la energía del sol en bienestar, futuro y dignidad.
