Edicion octubre 18, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

Rashide Chicre Landinez, la joven y orgullosa madre manaurera

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Columnista - Hernán Baquero Bracho
Columnista – Hernán Baquero Bracho

Una madre joven

¿Ventaja o desventaja?

Mi homenaje y reconocimiento en el día internacional de la mujer es para la joven profesional manaurera Rashide Chicre, directora de prensa de Esepgua, quien se destaca de manera extraordinaria en el área de comunicaciones junto con su equipo de trabajo de manera eficiente.Hoy traigo a mis queridos lectores lo que ella misma describe como una madre Joven: ventaja o desventaja? Acá está su hermosa experiencia como madre y como mujer.

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“Mi vida siendo una mamá joven cada vez que se acerca el día de la mujer, es inevitable traer a memoria el acontecimiento más significativo de mi vida: “Ser madre”, una muy joven.

Recién cumplía 17 años cuando tuve en mis brazos a Daniela; me llevó algunos minutos entender que era real lo que me acontecía ese primero de diciembre de 1999. Miraba sus ojitos atentamente mientras todos a mí alrededor reían y hablaban en voz alta, casi a gritos. Ese día muchas personas rodeaban el hospital de Manaure esperando conocer a mi niña, había júbilo y gozo porque contra todo pronóstico la hija de Anita logró sobrevivir a un parto natural, muy difícil, con escasos recursos hospitalarios, pero con una ejemplar doctora que lideró en compañía de otros médicos ese nacimiento, la querida y siempre recordada Aurora Bruzón Del Prado.

Rashide Chicre y sus tres hijas.
Rashide Chicre y sus tres hijas.

Fue un largo día y apenas eran las horas de la tarde, cuando ya me encontraba exhausta, adolorida y algo fastidiada por todas las amistades y familiares que habían entrado a la habitación. Quería dormir un poco. 

Solo habían transcurrido unas tres horas de haberme convertido en madre, cuando empecé a sentir que me esperaba una ardua tarea.  La niña empezó a llorar, pero cuando me la acercaron instantáneamente dejó de hacerlo, yo tenía en mi regazo a una bebita sana y hermosa, que con su silencio apaciguó mi miedo; justo en ese momento entendí que el manual para ser madre viene contenido en el bebé, y que ese día Dani también dio a luz; en su caso a “una mamá”, 

Madre e hija guardábamos silencio, voces y más voces coincidían en una frase que no olvido: “Qué bonito nacimiento”, aunque mi madre en tono de queja agregaba: “Sí, está linda, pero no se parece a Rashide”. 

Daniela fue una bebé consentida, amada y popular; la primera hija, nieta y sobrina. Por mi parte me convertí en la primera madre de las nietas de Nirma Barliza y también de mi grupo de amigas; mi primogénita tenía muchas tías circunstanciales que a la fecha la siguen considerando su sobrina. 

Después de seis años llegó Gabriela, seguía siendo muy joven, algo más madura, un poco más centrada y muy cerca de terminar la universidad. Gabi fue la más precoz e independiente, aprendió muy rápido a caminar, hablar, relacionaba con facilidad y destreza todo en su entorno. Fue menos apegada a mí porque estaba dedicada gran parte del tiempo a sacar adelante mis estudios en comunicación social, mientras sus abuelas me asistían con su cuidado. Aunque tampoco guardábamos un parecido físico, su carita delgada y sus facciones delicadas la acercaban a parecerse a la tía Nirma (parecido que con los años se fortalecío), Anita, por su parte, decía: “Esta sí es de este lado”. 

Como si fuera planeado, transcurridos otros seis años, después de Gabi, nació Rashide; a quienes todos conocen como Rashidita y quien atiende cuando me escucha decir “Purry”, mi tercera hija. Yo aún no cumplía 30 años, seguía siendo una madre joven y como enuncia la canción muy sonada por estas tierras: “No fue una, ni fueron dos, fueron tres”, tres niñas. No diré lo que expresó mi madre cuando la vio por primera vez porque Rashidita buscaría la manera de llamarla “abuela” frente al mundo entero y se desataría una guerra sin precedentes entre nieta y abuela, perdón, entre tía y sobrina (válida y oportuna la corrección). En algo se parecen ese par, siempre tienen algo que decir. 

Llevo 25 años siendo madre, más de la mitad de mi vida y aunque no ha sido una tarea fácil, especialmente por la inmadurez, mis novatadas con Dani, los interminables regaños, correcciones y normas en la casa, así como la corta edad con la que inicié esta plausible labor; considero estar haciéndolo bien y de los títulos académicos obtenidos hasta ahora, ninguno es ostentado con tanto orgullo como el de “Madre”. 

Hace ocho años Daniela inició su vida universitaria y simplemente “se fue de la casa”, aprendió a moverse en una metrópolis, a tomar buses, taxis, como toda una adolescente madura con sus propias decisiones, algunas sin consultarme. Entendí que era una joven adulta, aunque no he dejado de verla como mi niña grande. 

Hace unos días Gabi inició su 5 semestre, ella al igual que la hermana, también se fue de la casa, de mi lado, de mi cobertura. Ser universitaria es una etapa que quiero que viva, que disfrute al máximo, pero pese a que he ido entendiendo que es ley de vida, no logro evitar que mi corazón se achique al pronosticar el escenario que se avecina. 

Procuro sacarle una buena partida a cada vivencia, cuando me decían: “Pero tuviste hijas siendo muy joven” (algunas veces de manera despectiva), siempre sonreía, mi rostro denotaba felicidad y complacencia. Ver a esas tres niñas formadas, educadas, juiciosas, aplicadas, empáticas y destacadas en sus grupos, me enorgullece. Las he disfrutado, nos prestamos la ropa, los zapatos, los accesorios, salimos juntas y hasta han llegado a pensar que somos hermanas. Es muy divertido compartir esos momentos y situaciones, todas éstas las considero ventajas de ser una madre joven.

Se siente bien poder deleitarse en esas preeminencias, sin embargo, con un poco más de 40 años, sigo siendo joven, y dos de mis hijas ya “se fueron de la casa”, en promedio, esto lo viven las mujeres superando los 50, llevo una gran ventaja.

No pretendo cortarles las alas, desde que nacieron se las cuido para que vuelen muy alto. Siempre les he hecho saber que son capaces, que pueden ser lo que sueñan y que nacimos para ser felices, me siento increíblemente orgullosa de la gran profesional que es Daniela, una psicóloga apasionada y entregada a sus pacientes, se destaca ampliamente en su área, no tengo duda alguna en que alcanzará todos sus objetivos conforme al propósito de Dios en su vida. Gabriela por su parte, es una mujer feliz diseñando, creando, dándole forma, estilo, glamour y estética a espacios y ambientes.

De Rashidita, en cambio, no diré nada, porque quiero pensar que los años a partir de ahora pasarán muy lentos, ruego a Dios que sus aspiraciones académicas puedan ser alcanzadas en la misma ciudad donde nos encontremos cuando inicie el viaje sin mami, ella es la más apegada, pero muy independiente y con la que guardo coincidencias mucho más allá del nombre que compartimos.

Y sí, los hijos se van, sin mirar atrás, como quien lleva prisa, inician sus vidas sin nosotros sus padres y aunque me salté algunas etapas de mi juventud siendo madre, hoy disfruto del encanto de la vida al verlas felices, ilustradas, realizadas, seguras de sí mismas, llenas de sueños y expectativas. Estaré en casa, (espero no tan sola), expectante para ponerme de pie y aplaudirles al verlas triunfar como siempre lo soñé.

Si por designios de Dios les aconteciera algún infortunio, mamá estará con la acostumbrada disposición, aquí seguirán teniendo su habitación y una irrevocable posición en mi corazón. 

Hijas mías, en mi vida todo ha sido prematuro, por lo tanto, que empiece a sentir la casa vacía a esta edad, es consecuente con lo vivido, como también lo es el sentirme satisfecha por lo que juntas hemos alcanzado.

Tener una hija profesional antes de cumplir 40 años fue un verdadero y temprano logro, gracias por eso Dani.

Pronto vendrán las vacaciones, las navidades, gradúense pronto, empiecen a facturar y viajemos por el mundo (esta vez ustedes pagan) y recuerden que existen dos tipos de personas: “Las que hacen lo mínimo necesario y las que hacemos lo máximo posible”. Su mamá seguirá haciendo lo mejor por ustedes con el mágico poder del amor y la fuerza de la juventud”.

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