Sensaciones decembrinas
Qué linda la fiesta es en un 8 de diciembre
al sonar del triquitraqui, qué sabroso amanecer
con ese ambiente prendido, me dan ganas de beber”.
Las cuatro fiestas – Adolfo Echeverría
¡Que viva diciembre! El mes más bonito del año, con sus “cuatro fiestas”, alegría, noche de velitas, grados, música, nochebuena, cena navideña; la familia, el reencuentro, la amistad y los recuerdos del año viejo. Son sensaciones encontradas -alegrías y tristezas- que sentimos la víspera de Año Nuevo. Es tiempo para evaluarnos, revisar promesas incumplidas y reflexionar sobre la vida.
El tiempo corre inexorable y faltan pocos días para despedir el año. Quizás hagamos las mismas o nuevas promesas de cambio; votos de buenos propósitos, sueños que realizar, aspiraciones por cumplir, nuevos proyectos y metas para el 2025. El ulular de las sirenas anunciando el fin del año -como si se fuera nuestra vida- será un momento nostálgico y lleno de emociones, recordando buenos y malos momentos vividos, amigos o familiares que partieron de este mundo. Habrá abrazos y lágrimas.
Diciembre es un mes de relajación en medio del ajetreo diario, y su color hace lucir bello todo. Parece que el universo conspirara para que sea la época más hermosa del año. El verde de los árboles, el clima agradable, la brisa fresca, las noches estrelladas, la música y la alegría contagiosa de la gente esperando Navidad y Año Nuevo lo convierten en un mes distinto, donde se respira optimismo y la felicidad se refleja en el rostro de las personas. Los niños, con su inocencia, esperan la visita de Santa o Papá Noel (niño Dios, en mi época). En diciembre el espíritu se serena, se llena de paz y la vida se ve con los ojos del amor, con la esperanza puesta en el año por venir y la fe de que será mejor.
Las fiestas decembrinas arrancan el 8 de diciembre cuando se prenden las velitas a la Virgen de la Inmaculada Concepción y se enciende el alumbrado navideño en las principales ciudades. La canción “Las cuatro fiestas” no dejará de sonar; se ha convertido en un clásico popular que identifica las fiestas de fin de año y la han bailado generaciones.
Llega diciembre, el reencuentro con la familia y los amigos. Los estudiantes en vacaciones disfrutan de las fiestas de grado. El 24 es noche de paz, y la familia se congrega alrededor de la cena navideña. El 31, a medianoche, reunidos en casa y en familia, quemaremos el año viejo dando la bienvenida a un nuevo año en medio de abrazos de alegría, buena comida, trago y fuegos artificiales.
No todo es alegría. Diciembre tiene su lado triste, como la cara de un niño que despierta sin juguete, en contraste con la felicidad de quienes sí lo recibieron. El niño pobre cree que Santa o Papá Noel lo olvidaron, sin entender la pobreza de un padre que no pudo comprarle un regalo. Es una sensación de tristeza ver a unos niños correr de alegría la mañana del 25 de diciembre, mientras otros miran sin nada. Ningún niño debería despertarse el 25 sin su regalo de Navidad.
Rememoro mi infancia cuando esperaba el regalo de papá Dios. Era costumbre escribirle una cartita pidiendo el regalo y ponerla en el arbolito de Navidad que mi madre elaboraba con una rama pelada, forrada en algodón, y colocaba al lado del pesebre sencillo, en la sala de la casa donde nací. Los niños de mi generación no pedíamos juguetes caros; nos conformábamos con cosas sencillas como una pelota, una pistolita de agua o un carrito. Nada que ver con los regalos que piden los niños de hoy. Era una sensación de pura inocencia navideña. Por supuesto, las tradiciones han cambiado, y ya no se vive la Navidad con la inocencia y el espíritu de antaño. Los niños de este tiempo nacen con celular bajo el brazo y lo saben todo.
Sigamos disfrutando diciembre, hermoso y lleno de alegría, a la espera de Navidad y Año Nuevo. Doy gracias a Dios por la vida y el año 2024 y, a los lectores de Actualidad Guajira, les deseo una feliz Navidad y próspero 2025, cargado de bendiciones y éxitos. Lo mismo a los directivos, personal y colegas de Guajira News. ¡Ho, ho, ho…! Mi abrazo navideño a todos.