LEVÁNTATE Y RESPLANDECE
1. “¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti!” Isaías 60.
Las tinieblas que vienen con el pecado son densas y fuertes. Pero, la luz del evangelio de Cristo es mucho más potente y es capaz de echar fuera las tinieblas de una sola vez. Está próximo el día en que la situación de Israel se revertirá, porque vendrá la gloria de Dios como luz sobre ellos. Sabemos que esto se cumple a cabalidad con la venida de Jesucristo, la luz que disipa las tinieblas del mundo.
Al ver la luz de salvación sobre el pueblo de Dios, se acercarán las naciones. Los que hemos aceptado a Jesús somos los que reflejamos su luz. Cuando la iglesia se levante para iluminar al mundo, a través de la predicación del evangelio y haciendo obras de justicia, las personas serán rescatadas de la sombra de la muerte y podrán ver la luz.
El gozo del cristiano aumenta cuando adora a Dios con sus hermanos. La gloria del Señor sobre Israel se verá reflejada cuando el pueblo de Dios, que había estado disperso, se reúna nuevamente en Jerusalén. Está profetizado que las riquezas de las naciones llegarán a Israel para ser presentadas a Dios, porque los gentiles también servirán a Dios proveyendo los materiales necesarios para reconstruir el Templo, después del retorno del cautiverio babilónico. La restauración de la gloria del pueblo de Dios y de la iglesia no depende del esfuerzo humano, sino de Dios. Donde está la luz de Dios, hay restauración y salvación.
La derrota no es el fin, pues Dios es compasivo con Su pueblo y la restauración llegará sin falta. Israel terminó siendo prisionero por confiar en ídolos y otros países fuertes, en vez de descansar en Dios. No obstante, ese no es el fin, ya que Su voluntad es que vuelva a ponerse de pie y que resplandezca. Por eso, luego del tiempo de disciplina, serán restaurados con más gloria.
Por lo tanto, debemos tener esperanza en la restauración futura que Dios tiene preparada, aun en medio de la aflicción. El fiel que ha experimentado la gloria y la gracia de Dios debe resplandecer con Su luz ante todas las naciones, con el fin de que lo busquen a Él. Quien haya recibido la luz de la gloria de Dios debe resplandecer, dejando de lado la frustración y la desesperanza. ¡Levántate y resplandece!. Dios les guarde.