Por más de 20 años
Uniguajira genera alternativas para atender los efectos del cambio climático en la región
Actualmente, La Guajira vive una crisis ambiental que tiene a muchas familias en situación de desesperación. Las fuertes tormentas han hecho que el río Ranchería se desborde e inunde hogares y cultivos que dejan a miles de damnificados a la intemperie. Lo que comenzó como una temporada de lluvias intensa ha provocado la crisis ambiental y humanitaria que requiere la intervención del Estado y la declaración de Emergencia Sanitaria para que tomen medidas urgentes.
En este contexto, hablamos con la profesora Martha Ligia Castellanos Martínez, ingeniera agrónoma, doctora en Ciencia Agropecuaria con énfasis en Manejo de Suelos y Aguas, directora de la maestría en Gestión Integral frente al Cambio Climático de Uniguajira y quien ha estado a la vanguardia en las investigaciones y análisis de los impactos meteorológicos de la región. En esta entrevista, nos expresa sus recomendaciones para encontrar, desde la academia, una salida a la dramática situación.
Periodista (P): ¿Qué proyectos y estudios se han realizado sobre el delta del río Ranchería y qué recomendaciones se han hecho a las autoridades locales?
Martha Ligia Castellanos Martínez (MLCM): Desde hace más de 20 años, la Universidad de La Guajira ha estado desarrollando estudios sobre el delta del río Ranchería. Hemos liderado proyectos enfocados en la protección de hábitats clave para mitigar las inundaciones. Entre 1998 y 2000, participamos en el proyecto “Estructura y Fenología de Manglares”, liderado por la Universidad Nacional, el cual destacó la importancia de salvaguardarlos. Además, un proyecto sobre la “Variabilidad Espacial de las Propiedades del Suelo” mostró la necesidad urgente de conservarlos debido a la deforestación.
En los últimos años, también hemos trabajado con las comunidades locales, especialmente la etnia wayuu, para promover la preservación y el ordenamiento territorial. Sin embargo, las recomendaciones hechas a las autoridades locales aún no se han implementado de manera efectiva. Nuestro objetivo es que revisen los planes de ordenamiento territorial para garantizar la supervivencia de las comunidades y del medio ambiente ante el cambio climático.
(P): ¿Cómo ha afectado el cambio climático a La Guajira, especialmente en lo que respecta a las lluvias y las sequías?
(MLCM): El cambio climático ha intensificado los periodos de sequías y precipitaciones en La Guajira, lo que ha afectado gravemente a la región. En los meses de julio y agosto, se registraron temperaturas extremadamente altas, que conllevaron a profundizar la sequía. En estos momentos, estamos enfrentando un aumento en el periodo de lluvias y los desbordamientos, como en el caso del río Ranchería. Las autoridades del IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales) habían anticipado que este fenómeno se debía a una intensificación de la convergencia intertropical de las corrientes de aire, que trajeron más humedad a la región.
(P): ¿Cuál es el impacto de las lluvias y las inundaciones en las personas, los animales y el medio ambiente?
(MLC): El ganado ha sufrido graves pérdidas, lo que afecta tanto el capital económico de los agricultores como el bienestar emocional de las personas, especialmente en las zonas rurales donde los animales son una parte integral de la vida diaria. Además, zonas como los manglares y los humedales también se ven afectados por las inundaciones. Es fundamental que los planes de adaptación consideren también la seguridad de los animales y el medio ambiente, para que todas las partes del ecosistema puedan recuperarse.
(P): ¿Qué acciones deberían tomar las autoridades locales para reducir los efectos del cambio climático y mejorar la gestión del territorio?
(MLC): Las autoridades deben actuar de manera inmediata en la implementación de un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que contemple escenarios de cambio climático, tanto para áreas urbanas como rurales. Es crucial evitar la alteración de los cauces de los ríos, como el Ranchería, donde los rellenos y las intervenciones inapropiadas han impedido el flujo natural del agua. También, se deben realizar adecuaciones en las viviendas y calles para evitar daños por inundaciones e identificar zonas estratégicas para reubicar a las personas y asegurarse de que vivan en áreas que no estén en riesgo en el futuro. Además, es necesario trabajar en la educación y sensibilización de la población sobre el cambio climático. Es importante que entiendan las complicaciones. Asuntos como la protección de las zonas de amortiguamiento de los humedales y los ecosistemas naturales, como los manglares, debe ser una prioridad.