Posesión de Edmundo González en Venezuela
A menos de dos meses del 10 de enero de 2025, fecha de la posesión de Edmundo González, presidente legítimo de Venezuela, reconocido tras ganar las elecciones del 28 de julio, en las que Maduro cometió fraude y se proclamó vencedor, hay gran expectativa sobre lo que ocurrirá en la transición del gobierno de Maduro a Edmundo González. Este último deberá posesionarse ante la Asamblea Nacional Legislativa (ANL) según el artículo 231 de la Constitución de ese país.
Edmundo González se encuentra asilado en España. Maduro es presidente hasta el 10 de enero de 2025, cuando culmina su actual período, pero pretende mantenerse en el poder mediante el fraude cometido. González ya anunció que regresará a su país para asumir la presidencia, impidiendo que Maduro argumente que él no se posesionó mientras el dictador sí lo hizo.
Es poco probable que Maduro impida el ingreso de González a Venezuela, pese a la orden de captura que tiene en su contra. Negarle la entrada no solo provocaría la indignación de la comunidad internacional, sino que aumentaría la presión contra el régimen. Maduro comprende que, si no permite la entrada de González, avivará los ánimos del pueblo en un momento crítico, cuando la atención mundial estará centrada en Venezuela.
La Asamblea Nacional (ANL) no posesionará a González, pues reconoce únicamente a Nicolás Maduro como presidente. Ante esta negativa, Edmundo González deberá recurrir al Tribunal Supremo de Justicia para asumir el cargo. Sin embargo, el poder judicial, al igual que la ANL, se negará a posesionarlo, ya que no fue declarado presidente, sino Maduro.
Resta ver qué rol jugará Estados Unidos antes de que Biden deje el gobierno, si es que hace algo en favor de la democracia en Venezuela. Si Maduro se posesiona, deberá lidiar con Donald Trump en un contexto diferente al actual. Trump representa una amenaza para Maduro y otros gobiernos socialistas de la región. Para Maduro, el mejor momento para negociar su salida es ahora, pues con Trump se arriesga a consecuencias más severas.
Trump cuenta con aliados poderosos contra Maduro. Elon Musk, multimillonario y dueño de tecnología avanzada en operaciones militares (satélites, drones); y Eric Prince, mercenario y propietario del ejército privado más poderoso del mundo, quien ha solicitado al gobierno de Estados Unidos aumentar la recompensa por la captura de Maduro. El senador Rick Scott ya presentó un proyecto de ley que elevaría esta recompensa a 100 millones de dólares, y Trump tiene mayoría en el Congreso para aprobarla.
El senador Marco Rubio, anunciado por Trump como su secretario de Estado, es otro enemigo de Maduro. Rubio, de ascendencia cubana y opositor ferviente del comunismo, se convertirá en una amenaza directa para los gobiernos comunistas de América Latina.
Trump apoyó anteriormente a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela e impuso sanciones económicas al país. Durante su reciente campaña electoral, Trump declaró que Estados Unidos no enriquecerá a un dictador y condenó públicamente el régimen de Maduro. Ahora se espera que respalde a Edmundo González para restablecer la democracia en Venezuela. González ha sido invitado por Trump a la ceremonia de inauguración presidencial en la Casa Blanca el próximo 20 de enero.
Trump, Musk, Prince y Rubio son anticomunistas dispuestos a remover a Maduro a toda costa. Maduro está cada vez más aislado, sin el respaldo inicial de Colombia, Brasil y México. Lula evitó apoyarlo al no mostrar las actas electorales, mientras que Petro y México no lo han reconocido explícitamente. Maduro buscaba el respaldo de estos gobiernos para afianzar su poder. La situación no podría ser peor para él: o negocia una salida pacífica o se arriesga a ser capturado y llevado a Estados Unidos, donde enfrenta una acusación por narcotráfico, o incluso a ser abatido en una operación militar.
Con Estados Unidos y la comunidad democrática en contra, el dictador no podrá sostenerse en el poder y caerá. Trump no tolerará un gobierno fraudulento ni una dictadura similar a la cubana en Venezuela. Los días de Maduro parecen contados con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
