EL SUEÑO DE JOSÉ Y LA SOBERANÍA DE DIOS
9. Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos: “He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí”. Génesis 37.
Esaú habita en los montes de Seir, mientras que Jacob en donde estaba su padre. El pasaje bíblico dice “esta es la historia de Jacob” (Gn. 37:2) y menciona solo a José, por el importante papel que cumplirá. Jacob ama a José más que a todos sus hijos y le hace una túnica de diversos colores. Dicha “túnica” (Gn. 37:3) tiene mangas largas con adornos que la visten solo personas especiales.
José permanece cerca de su padre, revelando los errores de sus hermanos mayores. Esta actitud de José es desconsiderada y despiadada, pero esto, sumado al favoritismo de Jacob, aleja cada vez más a José de sus hermanos. Esta familia ha perdido la paz (shalom) hace mucho tiempo, a tal punto que José no puede hablarles pacíficamente.
A veces, Dios utiliza los sueños para revelar Sus propósitos. José tiene dos sueños: en el primero, en el que ve los manojos de sus hermanos inclinarse delante del suyo, y en el segundo, sueña con el sol, la luna y 11 estrellas inclinarse delante de él. Los antiguos creían que los sueños revelaban cosas del futuro. José cuenta su sueño con emoción, pero esto afecta su relación con sus hermanos, siendo objeto de odio. Jacob también reprende a José cuando oye sobre el segundo sueño; sin embargo, guarda las palabras de José en su corazón
El sueño que Dios ha concedido a José es el resultado; nadie sabe cómo será el proceso que lleva a este resultado. En este proceso, Dios moldeará a José.
Dios le muestra a José lo que tiene planeado para su vida, a través de un sueño. Así, Dios da una visión, incluso a alguien inmaduro y poco preparado, y nos alienta para que podamos lograrlo. A veces debemos pasar por un tiempo de sufrimiento, hasta cumplir ese sueño. Este es el proceso para fortalecer nuestra fe y madurar como hombres de Dios.
Una vez que atravesemos ese crudo desierto, Dios tendrá preparada Su buena obra para utilizarnos como mensajeros de la bendición. Por eso, debemos ser fieles que se esfuerzan por vivir obedeciendo la Palabra de Dios y confiando en Él, aunque atravesemos dificultades, porque Dios nunca se equivoca. Dios nos da una visión y guía nuestras vidas para que podamos cumplirla. Dios les guarde.