VENCE LA MALDAD CON EL BIEN
10. Hoy han visto tus ojos cómo Jehová te ha puesto en mis manos en la cueva. Me dijeron que te matara, pero te perdoné, pues me dijo: “No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová”. 1. Samuel 24.
Dios nos promete algo y ciertamente no tardará en cumplirla. Nuestro deber es esperar el tiempo de Dios. David huye de la presencia de Saúl y se esconde en una cueva del desierto de En-gadi. Justo, Saúl entra allí sin armas, para hacer sus necesidades. David tiene la oportunidad de matar a Saúl con mucha facilidad. Sus criados sugieren matar a Saúl, pero David no piensa así.
Nunca se había olvidado que Saúl era un rey ungido por Dios. Es por ello que se acerca a él, le corta la orilla de su manto. Sin siquiera imaginárselo, Saúl sale de la cueva. Aunque nos llegue alguna oportunidad de vida, imitemos a David que ha escogido bien, escudriñando la voluntad de Dios.
Saúl sale de la cueva, y de lejos, David llama al rey con la orilla de su manto en la mano. Y muestra reverencia al rey. Le estaba revelando que no tenía ninguna intención de traicionarle. Además, las palabras de David, denotan comprensión hacia Saúl antes que reproche. También expresa la esperanza de que Dios, el Juez, disipa todo malentendido.
Aún en su situación de forastero, David obra conforme a la voluntad de Dios. Los que reconocen a Dios como el Señor de su vida hablan y actúan diferente a los demás. Nunca se sienten superiores a los demás, ni les critica. Siempre con una actitud humilde, logran abrir el corazón del que lo escucha con palabras honestas.
Jesús dijo ”Ama al enemigo”, y que oremos por quienes nos persiguen, y que sólo entonces seríamos hijos de Dios (Mt. 5:44-45). Amar a nuestro enemigo es lo que nos hace saber si realmente somos Sus discípulos. No alcanza con clamar por la revolución de la justicia y la liberación. Eso sólo traería mayor injusticia y violencia.
Sólo podremos amar a nuestros enemigos si le pedimos ayuda al Señor que nos dará el corazón para poder hacerlo, porque fuimos hechos a Su imagen y semejanza, igual que Jesús. Así debe ser un cristiano maduro que puede vencer el mal con el bien. Las personas de fe deben vivir según la conciencia que nos dio Dios y vencer el mal con el bien. Dios les guarde.