Edicion octubre 6, 2024

“Una mirada perdida en el oceano”

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“Una mirada perdida en el oceano”

Columnista- Giovannis Rivadeneira Ramirez

Isidro Manuel Del prado Ramírez, “Chilo” un humilde pescador oriundo de Dibulla, vive hoy una enorme tragedia en su entorno familiar, sufriendo la pérdida de siete miembros de su familia, de manera continua en casi cuatro años, en distintos hechos que enlutan su estirpe y tronco genealógico, viviendo los momentos más infortunados  de su vida, y  así mismo, de manera impetuosa, un mar de leva le parte en cuatro pedazos, su lancha de pescar, única herramienta de trabajo para su sustento, quedando a la intemperie y sumándose este hecho,  a los sucesos fatales que enfrenta y vive con su familia.

Para el año  2019 el 24 de abril, pierde  uno de sus nietos, Estiven Meléndez Del prado, en un accidente de Motocicleta, cuatro años después, muere su madre, mi tía, Remedios Carmelina Ramírez el 31 de octubre del 2022,  tres meses después muere su compañera de vida y madre de sus hijos, Estela Rodríguez Montenegro, el 19 de enero de 2023, seguidamente muere su hija mayor (crianza) Patricia Polo Rodríguez, quien le dio custodia desde muy niña, el cuatro de febrero del presente año 2024, muere Rosendo Del prado Ramírez el noveno  de sus hermanos, producto de una enfermedad,  en ese mismo trance,  el pasado 9 de septiembre muere otro de sus nietos Luis Mario Meléndez Del prado, hermano de Estiven, muriendo en similares circunstancias, en accidente de motociclismo, no alcanza a sobreponerse de este accidente, cuando de manera violenta, otro de sus hijos Marlon De prado Rodríguez, muere violentamente, arrollado por un vehículo el día 15 de septiembre en el casco urbano de Dibulla.

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Este  holocausto familiar que vive “Chilo”, es un golpe certero a la tranquilidad, al sosiego  y a la sana convivencia, desde las playas de su pueblo Dibulla, “Chilo” divisa y afinca su mirada que se pierde en el océano, como buscando visibilizar y alcanzar la esperanza y el consuelo,  que este momento terrible que vive, sea  una pesadilla y poder despertar de ese letargo donde se encuentra, y encontrar otra realidad, de ver a sus seres queridos que han partido, compartiendo nuevamente con él, ¡difícil  primo hermano esta situación!, no entiendo, me dice con su voz apagada y entre cortada..

En mi impotencia y consolación brindo un abrazo solidario a mi primo “Chilo”, testimoniándole un pasaje de la biblia, de la vida de Job.”  Dios le permite a Satanás que proceda con su plan. El libro no explica el porqué. Un día trágico, casi todo lo que Job valoro fue robado y las personas que amo —incluyendo todos sus hijos— fueron asesinados, o murieron por culpa de grandes tormentas (Job 1:13-16). No obstante, Job no suponía que Dios lo estaba castigando ni se llenó de amargura por el trato de Dios. En cambio, lo alababa (Job 1:20). En el momento más difícil, Job bendice la autoridad de Dios sobre todas las circunstancias de la vida, buenas y malas. “El Señor dio y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor” (Job 1:21).

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con esta reflexión transmito un mensaje de fortaleza, de resiliencia de fe y de amor a Dios por todo lo que nos pasa en la vida, por mucho que no sepamos interpretar lo que nos pasa.

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