¡Estamos en Riohacha, primo!
Estamos en Riohacha, primo es una frase muy común en medio de los habitantes de este mágico distrito especial, turístico y cultural, que con su inmenso mar y enormes playas engalana la puerta de entrada a Colombia y la Primera Avenida de Suramérica; La Marina.
Sin embargo, esta misma frase se ha utilizado para justificar malas conductas ciudadanas, incrementando el estigma de que en esta tierra la gente hace lo que quiere, cuando lo quiere y donde lo quiere, sobrepasando los límites normativos y morales que cualquier sociedad debería acatar y cumplir.
Para ser más exactos, comportamientos como transportar más de dos personas en una motocicleta, circular en estado de embriaguez o sin licencia de conducción, arrojar basuras al suelo, parquear en lugares prohibidos, instalar comercio en las vías y en andenes peatonales, vertir aguas residuales en las calles, son algunos aspectos de los cuales no deberíamos sentirnos orgullosos.
Pero ¿qué pasaría si popularizamos la frase “estamos en Riohacha, primo” para promover conductas positivas en la ciudadanía? A partir de este momento, la mesa está servida para una atractiva campaña de marketing; ya tenemos una frase que nos identifica como riohacheros, solo necesitamos cambiar el contexto en el que la usamos.
Como “estamos en Riohacha, primo”, una ciudad que merece estar limpia y sin basuras, podemos empezar por separar los residuos aprovechables generados en nuestros hogares, sacar la basura únicamente en los días y horas asignados por la ruta de la empresa recolectora, reutilizar envases y empaques y reparar artículos descompuestos para evitar convertirlos en desechos.
Como “estamos en Riohacha, primo”, una ciudad que posee la mayor extensión de playas en la región Caribe, no debemos arrojar las envolturas y empaques de alimentos en las calles, acumular en las vías principales las basuras de nuestro hogar y de nuestros negocios, que afectan la imagen del distrito antes los propios y visitantes y generan malos olores en el sector.
Como “estamos en Riohacha, primo”, una ciudad con una riqueza histórica incalculable, debemos revivir nuestras tradiciones y costumbres ancestrales, recuperar el espacio público que dificulta la circulación de vehículos y peatones y embellecer las casas antiguas del centro histórico que guardan un legado arquitectónico que merece ser reconocido por los nativos y los foráneos.
Como “estamos en Riohacha, primo”, un distrito turístico que durante el 2023 recibió más de 500.000 pasajeros a través del aeropuerto Internacional Almirante Padilla, debemos respetar las señales de tránsito al conducir, parquear en sitios permitidos, circular en el carril correcto y promover el respeto hacia los demás independientemente de su origen, religión, orientación sexual o nivel socioeconómico; que tus derechos terminen donde inician los derechos del otro.
Como “estamos en Riohacha, primo”, una ciudad con una riqueza cultural, debemos promover el comercio justo de nuestras artesanías y de los productos de origen guajiro, dignificar la labor de los comerciantes, resaltar el arte, la danza, la música y la literatura como nuestros principales atractivos diferenciales.
Cómo “estamos en Riohacha, primo”, una ciudad con una gastronomía peculiar, es necesario que participemos de diálogos de saberes y encuentros alrededor de nuestra cocina, de las costumbres de la abuela y los trucos de mamá, para que todo aquel que pruebe y deguste nuestras delicias, no se quiera ir nunca de esta ciudad que ofrece una mezcla de sabores e ingredientes exquisitos.
Como “estamos en Riohacha, primo”, debemos cambiar el lenguaje con el que nos referimos a ella, que así como hablamos con amor y pasión de otros países, también le hagamos con nuestra ciudad. Es momento para hablar de la gentileza, la amabilidad y la lealtad de nuestra gente, de que nuestros vecinos también son nuestra familia; de que nuestros amigos son nuestros hermanos; de que si llegas de visita siempre habrá tinto y pan para brindarte; de que si llamas a un amigo para que te brinde ayuda, el llega con tres amigos más por si necesitas refuerzos y sin esperar nada a cambio.
Vistámonos de amor hacia nuestra ciudad en su cumpleaños número 479 y en todos los años que están por venir, porque ¡estamos en Riohacha, primo!