Edicion octubre 6, 2024

En mitaca los periodos del Congreso y presidente Petro

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Columnista - Martín Barros Choles
Columnista – Martín Nicolás Barros Choles

El Congreso y el presidente de la República, Gustavo Petro, cumplen dos años del periodo constitucional de cuatro años, 1461 días, cuyo término es factible para valorar y calificar gestiones, acciones, operaciones y resultados parciales del legislativo y ejecutivo, encabezado por el presidente. El tiempo corre y no da espera durante las 24 horas de cada día, por eso debe aprovecharse para planificar programas, calcular presupuestos y términos, duración de proyectos que se direccionen a ejecuciones, al igual que las aprobaciones de leyes tramitadas, previas concertaciones partidistas, en la Cámara de Representantes y Senado.

Gobernar es una mezcla de factores y elementos inherentes a la conformación de equipos humanos que diseñen, planifiquen, proyecten y emprendan acciones y operaciones clasificadas para el ejercicio de labores técnicas y profesionales, amparadas en acreditaciones de calidad, experiencia, libres de anotaciones y registros penales y disciplinarios, que garanticen confianza, credibilidad y efectividad positivas.

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Manejar filtros en la escogencia de colaboradores para una administración de gobierno popular, nacional, departamental y municipal no es nada fácil, por inoperativo, sujeto a series de compromisos originados por aportes económicos retributivos en campañas políticas, cuyos financiadores exigen cuotas burocráticas para participar en el gabinete de gobierno en condiciones de ministros, secretarios, directores, entre otros. El mandatario tiene la batuta para armonizar y coordinar el buen ambiente que permita se articulen direccionamiento sincronizado con libretos y guiones, facilitando medios y aprovechamiento oportunos y necesarios para consumar proyectos y programas, los cuales deben arrojar resultados de valoración y calificación.

El mandatario debe estar conectado y sintonizado con su equipo de trabajo, comunicando y atendiendo correspondencias, sugerencias, observaciones y peticiones que se formulen para bien de la administración y fortalecimiento en estabilidad administrativa. Desligarse de sus cooperadores para esforzarse en unas cosas, desatendiendo otras pendientes de soluciones, es despreciar la oportunidad de servir de un gobierno que lo conforma no solo la persona del mandatario, sino también el grupo de personas que lo integran.

Han transcurrido dos años de los cuatro años de un periodo de presidentes y congresistas, sobre los cuales deberían rendir cuentas de lo que han gestionado, hecho y logrado o que se iniciaron y están pendientes de materializarse durante los periodos legislativos. Lo que se observa han sido confrontaciones del gobierno con partidos de oposición y negativas de aprobación en el Congreso de algunos proyectos relacionados con reformas.

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El cambio esperado del gobierno de presidente Gustavo Petro se ha opacado por los escándalos originados a causa de corrupción, que prometió erradicar, pero sigue estandar, vivita y coleando, implicando a muchos que pregonaban gobierno de cambio. La corrupción es una cultura enquistada en el sistema politiquero y administraciones públicas, que operan con partidos de papel, cuestionados por inservibles y perversos, que comercializan los votos para aprobar las leyes en uso de una democracia disfrazada de mercantilismo, que persigue beneficios personales, familiares y migajas a sus seguidores.

Tanto la derecha como la izquierda están contaminadas e implicadas en corrupción, es decir, están pringadas, aun cuando muchos hipócritamente lo nieguen y ofendan a pares y similares, cuando se trata de una práctica común cuestionable que compromete de punta a punta a las bancadas políticas, que subsisten en el juego del clientelismo politiquero con la compra-venta de votos.

Cuando se pierde la confianza y la credibilidad en mandatarios o gobernantes de una u otra tendencia política, que repiten, ofenden y critican, atribuyendo a otros el mal que también los afecta e implica, carcomiendo nuestra sociedad, cuando mutuamente están comprometidos, para desgracia de quienes habitamos el territorio nacional, bajo el dominio predominante de la corrupción, que nos tiene hasta la coronilla, porque gozan del consentimiento y aval de autoridades administrativas, judiciales, penales y demás servidores públicos.

El deseo de ser presidente le cuajó a Gustavo Petro, lo conquistó en una ocasión de oportunidad de elección popular, en uso de una estrategia y la creación de un acuerdo denominado “Pacto Histórico”, plasmado en una alianza de izquierda, centro, verdes, liberales, indígenas, negritudes e independientes, con el objeto de conformar una lista al Senado de representación tutifruti, cerrada, logrando elegir 20 senadores.

Tuvieron éxito en ocupar el primer lugar en la elección del Senado y consecutivamente en primera y segunda vuelta presidencial, donde Gustavo Petro obtuvo la credencial de presidente. ¿Cuál es el objetivo o la función, misión o gestión del “Pacto Histórico”? ¿Quiénes conforman el comité directivo? Los recientes resultados electorales de Concejo, Asamblea, Alcaldías y Gobernaciones fueron desastrosos en el “Pacto Histórico” por falta de organización, direccionamiento, conexión, comunicación y cohesión para el manejo político electoral.

Quedan dos años para concluir el periodo que gira en olas desbalanceadas, sin que se haya logrado la paz con organizaciones armadas al margen de la ley, a quienes el presidente Petro les ofreció y facilitó la oportunidad de acogerse a la paz y desarmarse, pero los carteles, bacrim, guerrilla y paramilitarismo aceptan los diálogos sin renunciar al negocio del narcotráfico, minería ilegal, extorsiones, predominio territorial, reclutamiento de menores, secuestros y atentados contra la fuerza pública, entre otros. Sin condiciones ni controles, ¿qué gracia tiene perder tanto tiempo negociando un proceso de paz cuando se persisten acciones delictivas que violan la seguridad y generan zozobras, angustias, sosiegos y tormentas mentales originadas del pánico que se vive, con reacciones tardías para repelerlos?

Los bloqueos de vías y espacio público, al igual que los cambios acelerados de ministros, son factores negativos e improductivos. Comprendiendo motivos de improvisación, selección de colaboradores, en dependencia del gobierno, que no logran empatizar y conjugar criterios de entendimientos y emprendimientos propuestos por el gobierno. El presidente ha descuidado atenciones e incumplimiento de horarios, no han dejado de exaltar los escándalos de familia, gobierno y fuertes confrontaciones con los opositores que cuestionan y critican lo que siempre han hecho, influenciados por corrupción, pero en el gobierno también se repiten prácticas que antes cuestionaba del gobierno sustituido. ¿Cuál es la diferencia?

Presidente Petro, aproveche la mitad de su periodo de gobierno, ejemplarizando concertaciones de acuerdos con participación incluyente, conciliando diferencias con la oposición, sacando adelante muchas reformas que se requieren y consolidando fortaleza política y social contra la inseguridad y la violencia, que mitigue o amortigüe el miedo. De nada sirven confrontaciones, discusiones y aclaraciones con perseguidores, ni detenerse a lanzar piedras a los perros que le ladran o cuestionan sin motivos ni fundamentos. Estamos bandeados por la inseguridad y estancamientos, cerrados en avaricias y defensas de intereses particulares personales, aferrados en prácticas de corrupción que carcome y destruye todo lo que contamina, sin proyecciones de emprendimiento y en crecimiento de necesidades y problemas.

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