La participación de nosotros los jóvenes en la política se ha convertido en un eje perpendicular dentro de los regímenes en nuestro país, para la construcción y el fortalecimiento de nuestra democracia, esto implica que los jóvenes juegan un papel importante y crucial al participar activamente en la búsqueda de soluciones a los problemas que surgen en la sociedad.
Hace 30 años, un movimiento estudiantil juvenil fue el motor detrás de nuestra Constitución de 1991, que transformó Colombia hacia una democracia más participativa. Esta nueva carta magna reemplazó una antigua constitución que había ignorado muchos derechos fundamentales. Desde entonces, hemos visto protestas contra la violencia, con un firme llamado a la paz que todos buscamos. Desde 1971, los movimientos juveniles han liderado la lucha por una educación universitaria de calidad y gratuita, uniendo a estudiantes de todo el país. Esta causa sigue vigente y es crucial hoy más que nunca.
En un plano local, es de suma importancia mencionar que la participación de los jóvenes fortalece la política. Su eje principal incentiva a estos a involucrase en los aspectos sociales y abrir campo para que sus ideas puedan ser propagadas, aplicadas, atendidas y canalizadas, de modo a que se perfeccione el sistema político y la democracia. Por esta razón debemos sumarnos a los procesos democráticos que por derecho nos corresponde.
La juventud es el motor de nuestra sociedad, representamos el cambio y la transformación social. Debemos contribuir al país con nuestros talentos, entusiasmo y energía positiva, siempre buscando mejorar colectivamente. Al igual que influimos con modas que pueden tener impactos negativos, también podemos impulsar acciones positivas que fomenten la conciencia social y motiven a otros jóvenes a involucrarse en el servicio comunitario. En la actualidad, los jóvenes estamos liderando la creación de múltiples emprendimientos y nuevas empresas en todo el país, marcando un hito significativo en el ámbito empresarial.
Bajo este precepto, la juventud puede democratizar la toma de decisiones, ya sea estas de tipo social, económico y político; pues de una u otra manera nos afecta directamente.
La juventud no solo es el futuro, sino también el presente vibrante y dinámico de nuestra sociedad. Estamos llamados a ser agentes activos del cambio, enfrentando desafíos como la drogadicción, la pobreza y la desigualdad con determinación y solidaridad. Nuestro compromiso con la construcción de un país mejor es evidente en cada iniciativa emprendedora y en cada acción que promueve la conciencia social. Sigamos siendo ese motor de transformación, inspirando a otros jóvenes a unirse en el servicio y la acción para un bien común. Juntos, podemos seguir marcando un antes y un después en nuestra historia, dejando un legado de progreso y esperanza para las generaciones venideras.