Detrás de todo artista famoso existe un hombre terrenal que vive, sufre, ríe y llora. Pocos conocen la historia de vida de los artistas, su origen y las carencias de su infancia, sus sueños tras la búsqueda de una oportunidad, los sacrificios que tuvieron que pasar para triunfar en la música. El público solo ve la cara exterior del artista, una sonrisa en su rostro y el brillo del éxito, en un mundo en el que, aparentemente, todo parecería ser de felicidad.
Se admira al artista que viene de abajo y a fuerza de constancia se levanta y se hace a pulso; que labra su éxito con disciplina y a puro talento logra tocar el cielo con las manos, alcanza el éxito y la fama y se gana a un público que lo convierte en su ídolo de multitudes. Así brota naturalmente, se forma y crece el artista que es elevado por su fanaticada al olimpo de las celebridades. El artista que compone, toca y canta para complacer a sus seguidores, cual payaso ríe para alegría de su público. Con el éxito llega el dinero y la fama, recompensa por el trabajo del artista.
Pero hay artistas de artistas, virtuosos personal y musicalmente, como tocados por la divina providencia, y si tuviera que elegir a uno para conjugar en su persona el talento artístico y la nobleza de un hombre, ese sería Omar Geles, ejemplo de superación ante las adversidades de la vida, lo que no le impidió triunfar porque las superó con su talento. Su historia de vida nos presenta a un niñito que creció con penurias económicas, criado por su mamá, de la que recibió mucho amor y fue padre a la vez, ya que junto a sus hermanos su papá los abandonó marchando del hogar; que muy chico le tocó trabajar vendiendo empanadas en Valledupar para ayudar a sostener a su familia, y le tocó ver a su mamá Hilda Suárez lavar ropa ajena para ganar dinero para alimentarlos. Estas experiencias de vida a corta edad lejos de frustrarlo lo fortalecieron y animaron a trabajar en la música y sacar adelante a su familia, para darle un mejor bienestar a su vieja, aprovechando el don para componer canciones y tocar el acordeón.
Omar fue un gladiador de la vida, nunca se amilanó ante las dificultades para dejar de perseguir sus sueños; se ganó el cariño y el respeto de sus colegas del género, y la admiración de los fanáticos del vallenato. Omar Geles, un artista grandioso, genio de la composición, prolífico en la ejecución del acordeón, rey profesional vallenato de 1989. Varios artistas de la nueva ola deben su éxito a la interpretación de composiciones de Omar Geles con las que alcanzaron renombre musical.
“Los caminos de la vida” es una canción icono mundial con más de 30 versiones de artistas distintos, en diferentes géneros musicales. La compuso al recordar las penurias de su infancia cuando le cortaron el agua a la casa de su mamá, y la vio salir desesperada del baño, semidesnuda, y agarró un balde para ir a pedir agua donde los vecinos y algunos se la negaron, entonces se inspiró para cantar a su madre: “Viejita linda, tienes que entenderme. No te preocupes, todo va a cambiar. Yo sufro mucho, madrecita, al verte necesitada y no te puedo dar”. Una composición preciosa con la que cualquier persona se identifica, por eso es universal. Toca las fibras del alma al contar lo que siente un hijo ante la situación de pobreza económica de su madre. Y quien no quiere darle a su madre lo mejor para verla feliz.
El multitudinario sepelio y la despedida que el pueblo vallenato le dio a Omar fue conmovedor. Más allá de la conexión que lograba con las letras de sus canciones, la gente lo percibía como un ser noble, muy humano, buen hijo y hermano, padre y amigo, virtudes que lo exaltaban ante Dios y como persona. No perdió su humildad por la fama, ganándose el aprecio, la admiración y el respeto del pueblo por su vida y obra musical que nos deja como legado cultural, por su sencillez humana y fe espiritual.
El mundo musical vallenato está de duelo por la muerte de Omar Geles cuando practicaba tenis, un suceso inesperado que, por su edad aún joven, ha conmocionado a los admiradores de su talento y capacidad creativa para escribir hermosas canciones, y sus manos prodigiosas para digitar el acordeón. Más de 900 canciones grabadas y 500 inéditas avalan su trayectoria artística como obra inmaterial para la historia del folclor vallenato.
El éxito es efímero, la muerte una realidad. Se nos fue un grande de la música que deja escrita su historia en hermosas canciones. Un verdadero genio llega al cielo a componer y cantarle al señor al lado de otros grandes artistas que partieron a la eternidad. Sus composiciones y música quedan impresas como huella indeleble en el corazón y el gusto de los amantes del vallenato. GRANDE Omar.