El Distrito de Riohacha se encuentra sumido en una preocupante ola de inseguridad que ha generado una profunda alarma entre sus habitantes. Esta preocupación no solo se deriva del trágico homicidio del artista Jaime Molina, sino también de un notable aumento en los atracos, robos a domicilios y establecimientos comerciales.
El panorama de seguridad en la ciudad ha tenido un cambio inquietante, anteriormente sus habitantes gozaban de los espacios público/privados con mayor confianza, los ciudadanos disfrutaban de reuniones sociales y familiares en las terrazas al atardecer, pero hoy en día las precauciones de seguridad hacen parte de la rutina, obligando a las familias a cerrar puertas y rejas temprano para protegerse de la inseguridad. Podemos analizar esta situación con las cifras del Ministerio de Defensa y el DANE, donde la incidencia de hurtos ha escalado dramáticamente, pasando de 53.01 incidentes por cada 100,000 habitantes en 2005 a 501.22 en 2021.
Este aumento de casi diez veces en los hurtos resalta la urgencia del desafío de seguridad que enfrentamos y volviéndose crucial que las autoridades establezcan una respuesta coordinada y contundente. La Alcaldía, en conjunto con el Gobierno Nacional y Departamental, deben desarrollar e implementar estrategias de seguridad que aborden, tanto las manifestaciones inmediatas de la criminalidad, como sus raíces. Es imperativo que Riohacha avance hacia convertirse en una ciudad inteligente, mediante la adopción de herramientas tecnológicas avanzadas que vayan más allá de cámaras de vigilancia. Estas herramientas pueden ayudar a identificar y gestionar patrones delictivos y puntos críticos, permitiendo intervenciones y controles más efectivos.
Cumplir los decretos y acuerdos municipales para el control del tránsito de motos, mejorar la tecnología de seguridad aumentando la iluminación en áreas de riesgo, reforzar la vigilancia y promover una participación comunitaria activa en la prevención del delito, son algunas acciones que nos ayudarán a prevenir la delincuencia y a promover un entorno seguro para todos los habitantes de Riohacha. De esta manera, podemos combinar la prevención social con el fortalecimiento de las instituciones de seguridad y justicia para lograr una seguridad sostenible, tal como lo recomienda el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La seguridad no debe verse simplemente como una respuesta a la criminalidad, sino como un elemento fundamental para el desarrollo integral de la ciudad. Sin un ambiente de tranquilidad y seguridad, tanto el bienestar de los ciudadanos como el potencial de atracción de inversiones y de turismo se verán afectados.
Es fundamental que como ciudadanos de Riohacha, no permitamos que nuestra ciudad caiga en el caos y la desesperanza. No podemos permitir que la inseguridad se apodere de nuestras vidas ni que afecte el progreso de nuestra ciudad. Es momento de actuar, de unirnos en responsabilidad para construir un futuro seguro y próspero para todos.
