De la lectura del último libro del filósofo francés Eric Sadin, Hacer Disidencia(Herder, 2023) y los videos del profesor Claudio Álvarez me permitiré establecer relaciones funcionales sobre las anotaciones y desanotaciones de la lectura del texto.
El surgimiento de nuevos poderes entre ellos, una industria de carácter global que quiere centrarse en todos los aspectos de nuestra vida mediante la inteligencia de los algoritmos. Vivimos en un paisaje existencial diferente al de buena parte del olvidado siglo XX, por eso, es improbable la restauración de viejas formas de alcanzar el éxito. La nueva era padece la epidemia de la comercialización que se sustenta a partir de la ceguedad que provocan nuestras prótesis tecnológicas hiperconectadas.
Hace falta involucrarnos en el mundo que nos afecta, dejar de ser testigos pasivos de la rotación de los tiempos y permisivos con la invasión a nuestra individualidad. Pero, ¿cómo? El método propuesto por Sadin es “Hacer Disidencia”, lo cual supone romper con los hábitos y representaciones que debilitan nuestras voluntades. El filósofo francés nos invita a abandonar la concepción de que la democracia es una mera relación entre el gobernante y el gobernado. Hay que mostrarse críticos ante el discurso dominante y trabajar para materializar las aspiraciones inactivas. Para lograr este propósito propone trabajar en cinco iniciativas:
Implementar estas iniciativas ayuda a materializar nuestras aspiraciones más profundas. Para ello, el autor afirma que los colectivos deben perseguir fundamentalmente: (i) la equidad; (ii) el respeto ambiental; (iii) el rechazo a la búsqueda de mayor beneficio; y, (iv) el fomento a las expresiones y habilidades. Es necesario retomar el rol de Artesano como acción en común de la camaradería y la creatividad. Se requiere entonces, en un escenario ideal, desplazar el utilitarismo, la desigualdad y el aislacionismo para obtener el pleno desarrollo personal y construir colectivos como sistemas de pertenencia a una comunidad de almas con reglas comunes de gobernanza.
El acto de Disidencia propuesto por Sadin insta a liberarse de la expectativa y a centrarse en el presente. Una decisión así exige fortaleza y resistencia frente a las nuevas tecnologías que acaparan nuestra acción individual, llevándonos a replegarnos sobre nosotros mismos y a vivir de forma disminuida.
Finalmente, el profesor Carlos Álvarez nos recuerda en su presentación las palabras de Boecio: “Es tiempo de remedios y no de lamentaciones”, una máxima alentadora para cruzar el umbral del “orden tecnolibreal” que rige el presente.