La pluma dorada, en esta ocasión, plasma la página en blanco con la tinta fina de su pensamiento, inspirada en el mes de las mujeres, en una fecha que exalta la belleza, la pureza, la sabiduría y la admiración que la mujer puede emprender desde sus distintos roles. La Guajira, la costa, Colombia y el mundo tienen historias maravillosas de mujeres valiosas en las distintas páginas que escribe con cada una de ellas, claro que sí, Marie Curie, 1867-1934 física; Rosa Parks, 1913-2005 activista; Emmeline Pankhurst, 1858–1928 política; Mary Wollstonecraft, 1759–1797, escritora. Todas ellas escribieron su historia en el libro de la vida, ellas fueron las puertas que permitieron que hoy otras escriban. En esta época, han nacido muchas; por eso, en este mes, tendremos aquellas que son pioneras de la defensa de la mujer colombiana, así como lo es la bella mujer wayuu, senadora Martha Peralta, nacida en Monguí, La Guajira, Colombia. Es abogada colombiana, especialista en derecho ambiental y líder indígena del pueblo wayú perteneciente al clan Epinayú.
Es presidenta del partido político Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), fue elegida senadora de la república dentro de la coalición del Pacto Histórico. Martha Peralta es ejemplo vivo de grandeza, de amor por su gente y su pueblo; ella se camina los pueblos indígenas casi todos los días, su investidura no le ha quitado la responsabilidad y seriedad en el trabajo directo con las comunidades que la eligieron. Una mujer seria, responsable, que sabe y conoce que sus ancestros wayuu tienen un hilo conductor con los distintos pueblos indígenas que bañan nuestro país, como la misma historia lo cuenta. Martha Peralta es para los Guajiros, para los wayuu, un modelo a seguir y más para las mujeres.
Es la primera mujer wayuu que llega al senado, no solo a vestir sus hermosas y elegantes mantas, inspiradas por cada una de las diseñadoras de su tierra, aquellas que saben leer en la senadora su estilo, elegancia, su lenguaje místico y mágico; hasta en esto, tiene buena elección, como toda dama Guajira. Además de ser una dignísima senadora, es fiel defensora de los derechos de los pueblos indígenas, gestiona, pide, busca, es incansable para apoyar a quien realmente necesita de ella. Podría decirse que, de todos los senadores o representantes que ha tenido La Guajira, ninguno se le iguala; todos se mudan a la nevera para gozar de la gran vida, no se les ve por aquí cada cuatro años. En cambio, nuestra joven, hermosa, sabia, inteligente senadora no tiene igual; a ella, más bien, hay que decirle que busque más de todo lo que está cansada de traer y velar por su tierra, La Guajira. En este momento, se podría afirmar que es una de las mujeres más influyentes que tenemos los indígenas wayuu y no wayuu. No estaría de más pensar en que la senadora tenga el mejor perfil de los de la coalición del Pacto Histórico para ser candidata a la presidencia. Si como mujer, wayuu y como senadora demuestra lealtad, responsabilidad y seriedad, pinto con mi pluma la imagen de Martha Peralta en la presidencia de la República de Colombia. Madre ejemplar de dos hermosos y orgullosos hijos, esposa de un admirable hombre, quien definitivamente fue premiado con esta verdadera reina y diosa Guajira.
