En un ferviente llamado a la acción, voces de La Guajira se elevan hoy para ser la voz del silencio de los niños, niñas, y sus familias, quienes se enfrentan a la incertidumbre ante la falta de inicio en la atención de las modalidades de la Primera Infancia por parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Esta situación trasciende la protesta para convertirse en un llamado a la conciencia sobre la deshumanización que afecta a niños, niñas, mujeres gestantes, madres lactantes y el talento humano que depende de los servicios de atención del ICBF en el departamento.
La ausencia de contratación de estos servicios esenciales impacta directamente a numerosas familias guajiras que dependen de los beneficios sociales que estas modalidades de atención ofrecen.
Desde madres cabeza de hogar que confían en estos programas para poder trabajar y sostener a sus familias, hasta familias en condiciones económicas precarias que ven en estos servicios una oportunidad para alimentar y proteger a sus hijos.
El seguimiento nutricional, crucial para niños, niñas y mujeres gestantes en riesgo por desnutrición, se ve gravemente comprometido, dejando a muchos en una situación de vulnerabilidad aún mayor.
Además, la situación afecta el sustento de quienes trabajan y proveen servicios esenciales dentro de estos programas, desde profesionales de la educación y la salud hasta proveedores de alimentos y servicios de transporte.
Desde La Guajira, se hizo un llamado respetuoso pero urgente para poner fin a la dilación en el proceso de contratación de servicios de atención a la primera infancia, donde centenares de trabajadoras y operadoras realizaron una protesta en el sector de Cuatro Vías en Riohacha, a pocos metros de las instalaciones del ICBF del departamento.
Padres, madres, cuidadores y la comunidad en general exigen el comienzo inmediato de la atención para sus niños y niñas, instando a todos los colombianos a unirse y compartir este mensaje, para alcanzar a quienes tienen el poder de cambiar esta realidad. La necesidad es palpable y los más afectados son los residentes de La Guajira, quienes hoy claman por acciones concretas y soluciones inmediatas.
