Edicion octubre 7, 2024
Columnista - Alcibíades Núñez Manjarres

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Columnista - Alcibíades Núñez Manjarres
Columnista – Alcibíades Núñez Manjarres.

El pasado 27 de febrero hubiera cumplido 92 años mi vieja querida, Delia Rosa Manjarrez de Nuñez, o mi vieja Yiya, como te decían tus hermanos, hijos, sobrinos y vecinos. Te fuiste dejando una huella imborrable de amor y ternura en cada uno de tus hijos, familiares y amigos. Vieja, son muchos los recuerdos que dejaste en cada uno de nuestros corazones y en cada uno de los rincones de las viviendas ubicadas en la plaza principal del centro poblado de Zambrano, y en el barrio Norte del municipio de San Juan del Cesar. Tu partida repentina aquel 28 de julio de 2016 nos dejó atónitos a todos tus familiares, nos dejó un gran vacío que no hay cómo llenarlo. No sabes, mamá, cuánto te extrañamos y recordamos todos los días. Para ninguno de tus hijos será lo mismo llegar a la Calle Diez o a Zambrano y ver que ya no estás con nosotros para saludarnos, abrazarnos y darnos esos invaluables y oportunos consejos que solo una matrona con su sapiencia, sabiduría y experiencia solía darnos.

A mi mente llegan muchos recuerdos, pero lo importante es saber que fuiste una persona amable, querendona, cariñosa, una madre guerrera y emprendedora que, enviudando a los 33 años, sacó adelante a sus seis hijos: Juan Daniel (QEPD), José Elías, Adalinda, Alcibiades, Armando Enrique, y Juan Bautista.

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Gracias le doy al todopoderoso por habernos dado una madre como tú, que nació en Zambrano, Guajira, el 27 de febrero de 1932. En tu niñez y juventud conviviste con tus padres Juan Daniel Manjarrez (Chito) y María Nuñez (QEPD). Tuviste 7 hermanos que amabas y apreciabas mucho: Eloísa, Alberto (QEPD), Federico (QEPD), Beatriz (QEPD), Armando, Eva e Idelfonsa. A los 20 años contrajiste matrimonio con Juan Bautista Nuñez Amaya, joven apuesto, honrado y trabajador que vivía ayudando a sus padres y familiares. Sé que cuando él se enamoró y se casó con mi madre encontró su media naranja, la mujer que lo amó, entendió e hizo feliz toda su vida.

Mi madre estuviera contenta y feliz rodeada de sus doce nietos: Klaydex Marcela, Miguel Ángel, Ingrid, Juan David, Andrés Alfonso, Diana Paola, Adriana, María Claudia, Natalia Rosa, Gabriel Felipe, Juan Diego y Luis Fernando, abrazándolos, besando y acariciando a sus ocho bisnietos: Verónica, Juan Mario, Mariana, Juan Daniel, Sarid Sareth, Luisa, Laura y María Celeste.

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Doy gracias al todopoderoso por habernos regalado una madre muy especial. Ella era amable, cordial, sincera, educada, servicial y cariñosa. Mi madre era una mujer guerrera y luchadora, ya que, a pesar de haber enviudado tan temprano a los 33 años, le correspondió ser padre y madre al mismo tiempo. Esto no fue inconveniente para ella, ya que aun así velaba siempre por el bienestar de sus hijos y se esmeraba permanentemente porque no nos faltara nada. Diariamente realizaba los quehaceres del hogar y administraba una tienda, donde vendía víveres, alimentos, frutas, verduras, productos cárnicos y lácteos. Todos los sábados viajaba a Urumita, Villanueva y El Molino a comprar el bastimento, frutas y verduras, el cual distribuía en algunas tiendas y graneros en San Juan del Cesar y el resto lo comercializaba en las tiendas de Zambrano. Fabricaba dulces de frutas tropicales de ñame, maduro, leche, coco, toronja, tomate, coco, papaya y cocaditas. Estas actividades, además de divertirla, le ayudaban para el sustento de la familia.

En Zambrano, todos le decían Yiya, y como era una mujer que le gustaba servir y ayudar a todos sus paisanos y coterráneos, lo demostró a través de su tienda. Todo el que acudía a ella, le servía ya que vendía de contado o a través de créditos las diferentes mercancías que allí se comercializaban.

Yo le doy gracias al creador por habernos regalado una madre especial, querendona y muy cariñosa como ella. Era una mujer trabajadora, emprendedora y aspirante, y así crió a todos sus hijos con esa misma inclinación. Todos realizamos los estudios de básica primaria en Zambrano y la educación básica secundaria y técnica en San Juan del Cesar en la Institución Educativa El Carmelo, La Normal Superior y el colegio de Bachillerato San Juan Bautista del profesor Carlos Ariza “Pelongo”. Después de lograr los estudios de bachillerato, mi madre envió a su hijo mayor Juan Daniel a Tunja, donde estudió Ingeniería Agronómica en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Adalinda estudió Licenciatura y especialización en Literatura y Español en la Universidad del Magdalena. Alcibiades estudió Normalista Superior, Institución Educativa Normal Superior de San Juan del Cesar, Contaduría Pública en la Universidad Popular del Cesar y Magíster en Gerencia Financiera en la Universidad del Zulia en Maracaibo, Venezuela. Armando es técnico profesional de Mantenimiento de Maquinaria Pesada en el Cerrejón. José Elías es Técnico Agropecuario del SENA y Juan Bautista estudió Ingeniería Ambiental en la Universidad de la Guajira. Como dice Aurelio Nuñez en su canción “Mi Última Voluntad”, “si yo volviera a nacer desearía nuevamente mil cosas pediría el mismo Dios que me guía, los mismos papás”. Dalo por hecho que quisiera ser su hijo nuevamente.

Quien tenga la dicha de tener su madre viva, les aconsejo que la quieran y cuiden mucho. Es uno de los grandes tesoros que tenemos en la vida. Por eso, viviré agradecido y orgulloso de haber tenido como madre a una excelente mujer que siempre buscó el bienestar y progreso de sus hijos.

Te amaré toda la vida, Dilia Rosa, Yiya, o mi vieja, como siempre te decía. Dios te tenga en su corte celestial.

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