Edicion octubre 6, 2024

Esteban duerme en la gloria

Esteban duerme en la gloria

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Mientras lo apedreaban, Esteban oraba y decía: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”.

⁠Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”. Habiendo dicho esto, durmió.

Hechos 7.

Pastor ICBF Riohacha - Robinson Mejía Iguarán
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No es fácil exponer los pecados ante aquellos que son más fuertes y poderosos que nosotros. Sin embargo, Esteban señala con denuedo los pecados de los judíos delante de todo el concilio. Después de haberse referido como ”nosotros” a la multitud, ahora se distancia de ellos, con la palabra ”vosotros” (Hch. 7:51).

Los reprende por ser duros de cerviz, incircuncisos de corazón y oídos, resistiéndose siempre a la voz y obra del Espíritu Santo. Sus padres mataron a los que anunciaron la venida del Justo, el Mesías; y ellos han entregado y matado a Jesucristo. Aunque se jactan de haber recibido la Ley, ciertamente ellos no guardan la Ley. Esteban señala abiertamente los pecados cometidos por los judíos, a pesar de correr el riesgo de perder su vida.

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Esteban terminó de predicar. Si hubiera continuado, la multitud se lo hubiese impedido. En lugar de arrepentirse, la multitud grita con odio. Entonces Esteban, lleno del Espíritu Santo, ve la gloria de Dios y a Jesucristo a la diestra de Dios, y lo confiesa delante de todos. Después de haber predicado a Jesús, a quien había conocido de oídas, ahora habla de Jesús a quien le ha visto.

La multitud grita, se tapa los oídos y arroja piedras a Esteban. Esteban pide al Señor que perdone los pecados de todos ellos. Esto nos recuerda a Jesús (Lc. 23:34). Después del martirio de Esteban, hubo una gran persecución contra los creyentes y estos se dispersan. Seguir la senda de la cruz del Señor implica predicar el evangelio con denuedo, perdonar y sufrir martirio.

La Palabra de Dios es más cortante que una espada de dos filos (Hebreos 4:12) que penetra el alma y nos hace arrepentir de nuestros pecados. Cuando escuchamos la Palabra de Dios, algunos la aceptan humildemente y la obedecen; mientras que otros la rechazan obstinadamente y se resisten por la actitud del corazón. El fiel siempre debe arrepentirse y volverse a Dios con la Palabra.

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Cuando la iglesia sufre persecución tras la muerte de Esteban, Dios abre otra puerta para predicar el evangelio y así empieza a difundirse en Judea, Samaria y el resto del mundo, a través de los fieles que se dispersan al ser perseguidos. De este modo, Dios obra para salvar almas, según su vasta experiencia y conocimiento.

El obrero que Dios elige supera las expectativas del hombre y realiza maravillosas obras a través de este. Dios les guarde.

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