“Sin embargo, Jehová esperará para tener piedad de vosotros. A pesar de todo, será exaltado y tendrá de vosotros misericordia, porque Jehová es Dios justo. ¡Bienaventurados todos los que confían en él!”
Los pensamientos de Dios hacia Su pueblo no son de calamidad, sino de restauración. Dios espera que el pueblo de Judá vuelva a Él en medio del juicio, para concederles Su infinita gracia y misericordia. Una vez restaurada la relación con Dios, Él se apiadará de Su pueblo, oirá su clamor y no tardará en responderle. Levantará maestros para guiar a Su pueblo que deambula sin rumbo, conforme a Su voluntad.
Y así, el pueblo andará por el camino correcto, sin desviarse a la mano derecha ni a la izquierda. Para restaurar la comunión con Dios y recibir Su guía, debemos primero desechar todo ídolo de nuestra vida y acercarnos a la Palabra de la verdad; y luego, esperar en Su misericordia y gracia.
Hay gracia y sanidad para los que vuelven a Dios. Él promete salvación al pueblo de Judá, si se arrepiente de corazón. El Señor dará bastante lluvia sobre la tierra de Judá, para que al sembrar en la tierra fértil, puedan obtener abundante cosecha. El ganado, como los bueyes y los asnos, serán apacentados en espaciosas tierras. Dios restaurará a Su pueblo y a la naturaleza, porque habrá ríos y corrientes de aguas sobre tierras áridas.
Y, por último, las potestades del maligno serán destruidas. Lo mejor de todo esto es que será Dios quien vendará y sanará las heridas de Su pueblo. En aquel día de salvación, ya no habrá más dolor por el pecado; las potestades retrocederán para llenar de luz al mundo. Hay transformación y restauración en donde está la salvación de Dios.
La idolatría es desear algo visible a los ojos de mucho más que a Dios. Así, Judá confió más en los caballos y carruajes de Egipto que en Él.
Por eso, Dios les advierte el terrible juicio que recibirán. No obstante, también les habla sobre la restauración que vivirán en el futuro. Esto se debe a que Dios no piensa en la destrucción de Su pueblo, sino en su paz. De este modo, Él le promete la gracia de la restauración a quienes resistan aferrados Su esperanza, aun en medio de la aflicción.
Además, proveerá un líder para que los guíe por el camino correcto, les dará una recompensa mucho mayor que todo lo que sufrieron y sanará todas las heridas. Quien espera al Dios de la justicia, tendrá una retribución garantizada.
Quien escucha la Palabra de Dios y espera en silencio, confiando en Él, recibirá la salvación. Esa es la bendición del que espera en Dios. Dios les guarde.
