“¿Qué cosa pides? — preguntó el rey. Entonces oré al Dios de los cielos, y le respondí: — Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré”.
Nehemías 2:4-5.
Dios responde a la oración hecha con fe y abre puertas. Luego de escuchar las noticias de su patria, de ayunar y orar a Dios por unos cuatro meses. Nehemías obtiene la oportunidad de pedir ayuda al rey. Su rostro entristecido refleja la preocupación por sus compatriotas en Jerusalén, por quienes había orado con mucho fervor.
Se debe exclusivamente a la obra soberana de Dios por la que el rey le preguntó a Nehemías el motivo de su tristeza, el cual es también la respuesta a su oración. Antes de responder al rey, primero ora a Dios en su corazón. Seguramente le pidió su ayuda, para que le enseñara cómo había de responder. La oración para Nehemías era un hábito, una costumbre diaria. Solamente los que llevan una vida de oración, saben aprovechar las oportunidades.
Dios extiende su mano de misericordia a los que oran y se preparan para cumplir su voluntad. Ante la oportunidad de recibir un favor del rey, Nehemías declara concretamente las cosas que necesita para la reconstrucción de los muros de la ciudad. Le pide su permiso para reedificar a Jerusalén, y le pide una autorización para llegar a Judá y material de construcción.
Es evidente que antes que le preguntasen, él había pasado mucho tiempo pensando en el tema, esperando una oportunidad como esta. El rey le concede su petición con gozo, y Nehemías reconoce que es la ayuda de Dios. Si deseamos hacer las obras de Dios, entonces debemos planificar, prepararnos y esperar en Él. Y Dios enviará personas que nos ayuden, para que todas las cosas nos ayuden a bien.
Dios le da oportunidades a quien pone todo su esfuerzo desde el lugar que le toca vivir. No es una ocasión para satisfacer su ambición, sino que es para salvar al pueblo y cumplir la voluntad de Dios, restaurando el culto. Nehemías era el copero del rey Artajerjes, mientras permanecía preso en ese país, y buscó la manera de restaurar Jerusalén desde su lugar.
Esfuérzate en todo lo que hagas y ora pidiendo sabiduría. Una persona de Dios se esfuerza en todo momento y ora pidiendo sabiduría. Dios les guarde.
