Monitoreos realizados en el cauce actual del arroyo Bruno confirman la presencia de la especie Bocachico (Prochilodus reticulatus). La presencia de esta especie que, se encuentra en la categoría de peligro de extinción debido a su alto nivel de captura en su etapa de reproducción, confirma que el arroyo Bruno presenta las condiciones naturales para que especies migratorias puedan distribuirse por toda la cuenca.
“Luego de su modificación, en el arroyo Bruno se han llevado a cabo 23 campañas de monitoreos, que nos han permitido constatar la gran noticia de la presencia del bocachico. Este pez tiene un rol muy importante en los ecosistemas ribereños ya que contribuye a controlar la descomposición de materia orgánica, lo que mejora la calidad del agua de ríos y arroyos. Además, representa un importante papel en la cadena alimenticia dentro de los sistemas acuáticos. Por lo tanto, de la existencia y abundancia de esta especie depende el sustento de otras especies de la cuenca y, con un déficit o disminución de la población del bocachico, no solo se pierde una especie típica, sino que con ello muchas especies de fauna que se alimentan de este pez pueden desaparecer”, afirmó Luis Madriñan, gerente de Gestión Ambiental de Cerrejón.
El Bocachico de Maracaibo es un pez de distribución dispersa que suele habitar en las cuencas contiguas al lago de Maracaibo en Venezuela y del río Ranchería en Colombia, desde las planicies hasta el piedemonte y montañas a 1.000 m de altitud. Su tamaño es moderado y suele tener hasta 35 cm de longitud. Por lo general, es de color plateado y exhibe grandes labios en forma de disco con dientes muy finos.
“Es importante afirmar que la presencia de esta especie nos demuestra que el Bruno está muy vivo y que en él las especies ven un refugio natural donde vivir. De todos depende que el Bocachico salga del estado de riesgo y podamos seguir aprovechando sus beneficios. Desde Cerrejón, celebramos que el arroyo Bruno sirva hoy de guardería para estas especies”, concluyó Luis Madriñan.
Arroyo Bruno un corredor de biodiversidad
Cinco años después de la modificación parcial del arroyo Bruno, el nuevo cauce, además de mantener su flujo de agua, se ha convertido en un corredor de biodiversidad que alberga numerosas especies de animales y de plantas, esto ha sido corroborado por las 23 campañas de monitoreo de fauna, hidrobiología y flora, que se han realizado de forma trimestral durante los últimos cinco años. Estos estudios permiten demostrar científicamente que el arroyo se encuentra en buen estado ecológico y mantiene las mismas características que otros arroyos de la zona.
En el nuevo cauce se han sembrado más de 12.000 árboles y otros 5.800 han nacido de manera natural. Estos árboles pertenecen a 76 especies nativas, algunas en categoría de amenaza, como el roble, ébano, guayacán de bola, carreto, puy y ollita de mono, entre otras.
Los monitoreos realizados también han identificado casi 600 especies de fauna, entre mamíferos, aves, réptiles y peces. De todos ellos, destaca el avistamiento de tres jaguares, cuya presencia indica el buen estado del ecosistema.
Se logró proteger el nacimiento del arroyo Bruno con la siembra de más de 33.500 árboles, en 235 hectáreas. Esto forma parte de un Plan de Compensación para cuidar la cuenca alta y que siga siendo una zona de recarga de agua.