En La Guajira da vértigo observar que los cambios han sido anacrónicos y con conceptos e ideologismos en la poca transformación que se le ha dado a su desarrollo. Podemos afirmar que La Guajira en una época perdió su norte por años de ingobernabilidad, hoy gracias a Dios cuenta con más luces que sombras, el haber originado un cambio institucional con algunas excepciones, originó un retroceso en apetitos personales, corrupción y clientelismo desproporcionado de sus dirigentes, lo que causó el encarcelamiento de varios exgobernadores por la corrupción desmedida. La actual gobernadora designada Diala Wilches Cortina ha dado confianza y credibilidad ante el gobierno nacional y ante la opinión pública del país. Sin embargo, en algunos municipios la apertura mental no se ha dado en la mayoría de los casos.
Tocando el caso específico del municipio de Villanueva, en los últimos años ha sufrido un retroceso abismal, aunque últimamente ha mejorado en algunas áreas de su crecimiento no económico, pero si urbano. La población enfrenta importantes dificultades para lograr su dinámica económica que le permita la creación de mayor riqueza colectiva y mejor calidad de vida. Grandes obstáculos por vencer tienen por delante en este retroceso: Los indicadores de pobreza y desigualdad presentan índices altos, así como su desarrollo humano. También genera preocupación la situación del mercado laborar por las altas tasas de desempleo. Villanueva cuenta con una población de aproximadamente 30 mil habitantes, donde participa con el 3.1% de la departamental. Las necesidades básicas insatisfechas (NBI) del municipio son del orden de 47.57%, la tercera más bajas después de Fonseca y San Juan del Cesar. En pobreza tiene una incidencia del 60%. La cobertura de acueducto y alcantarillado es alta, lo que origina deficiencia en la población y la mayoría de la línea de alcantarillado es obsoleta lo que implica que hay que repontecializarla con una nueva. Los servicios públicos con excepción del gas dan grima. Las calles y carreras por pavimentar, aunque se ha avanzado todavía falta mucho, sobre todo en los barrios más vulnerables del municipio. La familia de red unidos tiene ubicada a más de 1500 familias.
En el objetivo de fortalecer la institucionalidad y las capacidades locales para la integración productiva de la población en situación de pobreza y desplazamiento, se ha avanzado en intervalos medios.
Parece ser que la Política de Inclusión Productiva (PIP), que contribuye a identificar las estrategias pertinentes, en el municipio no se han dado. Esta política requiere un mayor esfuerzo conceptual para su formulación y puesta en marcha.
Es decir, se trata de identificar acciones concretas, de carácter estratégico, que coadyuven a la superación de la pobreza, a la reconstrucción del tejido social, a crear confianza, lo cual no existe en el municipio ni entre sus habitantes y mucho menos entre quienes lo dirigen, sinergias públicas y privadas que están en pañales, y la creación de riquezas colectivas que es casi un espejismo.
El mayor obstáculo es volver a recuperar el sector agropecuario que se encuentra alicaído y diezmado por falta de implementación de políticas públicas en los últimos veinte años, lo que ha originado un decrecimiento económico alarmante que de estar en la década de los 60, 70 y 80 en la contribución del 70% del PIB municipal hoy escasamente contribuye con el 3%, grave pero muy grave esta situación y que los administradores de turno no le hayan colocado esa sinergia y esa pro actividad para volver a tener un municipio próspero y con desarrollo sostenible y que hoy da grima este sector, que es el primero en las fortalezas con que cuenta el municipio. Por ello se necesita con urgencia una estrategia para destinar recursos públicos en el área de inversión del presupuesto municipal y en los convenios con el gobierno nacional y con las diferentes entidades que ella lo conforman para el impulso y recuperación de la agricultura y la ganadería, buscando vincular productos y actividades que garanticen el mayor impacto en la generación de empleo.
Villanueva ha avanzado: en lo urbanístico donde se ha dado un giro de 180º a su imagen, utilizando los recursos de regalías directas que recibe Villanueva- recursos por más de 2700 millones de pesos- se le ha cambiado la cara a Villanueva en las dos entradas, en la parte educativa ha tenido altos y bajos, a la memoria del ex gobernador Rodrigo Dongón Lacouture, quien fue el gestor de las viviendas con la excaldesa Claudia Gómez Ovalle, después de más de dos décadas volvió a llegar un programa de vivienda gratuita por parte del gobierno nacional, como fueron las 354 viviendas construidas en la salida sur del municipio de Villanueva, viviendas estas que tuvieron deficiencias por parte de la multinacional CEMEX quien las construyó. Luego en la alcaldía de Luis Alberto Baquero Daza gestionó la construcción de 120 viviendas en la salida norte del municipio después de vencer varios obstáculos y que el alcalde actual le cambió el nombre de manera abusiva. Falta poner a tono en materia de viviendas al barrio Javier Socarrás que es de urgencia manifiesta. En el área de la salud también se ha avanzado significativamente como es la de la cobertura a través del Sisbén en un 100% de la población más vulnerable y de igual manera el Hospital Santo Tomás como centro de emergencias ha venido cumpliendo con sus planes y objetivos. Vistas así las cosas Villanueva lo que enfrenta son grandes obstáculos que hay que vencer para salir del marasmo y del enquistamiento en que se encuentra.