Edicion octubre 6, 2024

Llorare, el gemido de un acordeón

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Columnista – Fabio Olea Massa (Negrindio)

El domingo desperté escuchando música para elevar el espíritu y empezar mi día de buen genio, antes de ir a misa a agradecer las bendiciones concedidas por el Señor. Después pasaría el resto del día con mi familia – como suelo hacerlo – el día creado por Dios para honrarlo y descansar.

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“Llorare” es un clásico del vallenato, una joya musical de la autoría de Gustavo Gutiérrez con una letra preciosa. Un poema musical grabado en 1983 por el jilguero de América Jorge Oñate acompañado por Juancho Rois en la magistral digitación del acordeón. Al oírlo no pude evitar volver a mi juventud  y me reafirmo en lo que siempre he dicho: que el vallenato y el porro son la música más linda del mundo, carajo¡

“Llorare” es poesía en su máxima expresión, armonía entre letra y música. La estrofa que a continuación transcribo es sublime, como toda la letra de la canción: “déjame decirte negra, si ya te alejas, si ya te vas, quiero decirte al oído cuánto en la vida mi dolor será, ya me iré, como el río que en turbulencia va, en camino corriendo hacia el mar, y nada lo puede detener, lloraré, cual los hombres que sinceros son, cuando no los quiere una mujer, y en sus noches gime el corazón”. Una verdadera obra de arte musical hecha canción.

El acordeón acompasado que gime lastimeramente parece llorar de verdad  mientras transmite, al que escucha la melodía, los sentimientos expresados en la voz del cantante, quien a su vez parece interpretar y sentir el amor por esa mujer que inspiro al compositor. Una canción perfecta como la novela “Cien años de soledad”, de la que Gabo dijo era un “vallenato de 450 paginas”. Aquí apenas son dos estrofas escritas con todo el amor y sentimiento.

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El título de la obra no pudo ser mejor, porque llorar es el sentimiento que produce escuchar la canción, junto con las notas que parecen un “gemido”, sacadas del acordeón de Juancho Rois.

Es Inevitable no comparar la lírica de “Llorare” con las canciones actuales del vallenato moderno. No voy a caer en la descalificación de decir que son malos el vallenato de la “nueva ola” y sus letras, no, pero sí puedo asegurar que “Llorare” es una letra mejor elaborada y por su calidad musical ha perdurado en el tiempo. Cuarenta años después sigue vigente, esto no pasa con las canciones del presente que son “desechables”, son más un producto comercial elaborado para vender,  pegan más por su ritmo bailable que por su calidad artística y no duran más de un mes sonando. No viven “Cien años” como la novela de Gabo, su vida musical es corta y fácilmente se echan al olvido  por lo fugaces. Las canciones viejas son buenas, vendían, tienen mucha calidad y están vigentes, mientras las de hoy son “chatarra” y duran lo que un pandero en la puerta de una escuela.

La mejor voz del vallenato – Jorge Oñate –  puso todo su sentimiento en “Llorare” y el mejor acordeonero le saco lágrimas al acordeón. Juancho con su ejecución magistral casi hace llorar al instrumento y convirtió esta bella canción en una obra de arte. Para mi gusto es de mis canciones favoritas del vallenato, entre más la escucho más me gusta. Es como la yuca y el suero, no me aburre.

Por canciones como “Llorare” entiendo a Jorge Oñate cuando en tono jocoso dijo que si un cantante lo invitaba a cantar vallenato con reggaetón “le pego una trompá en la frente y lo privo”. Dos géneros contrapuestos en estilo y contenido.  Canciones como “Llorare” exaltan los sentimientos más puros del hombre; el amor por una mujer; tienen lírica y melodía, calidad musical, lo que no encontramos en el reggaetón, un ritmo bullicioso, vulgar, con letras violentas, sexualmente provocadoras y denigrante de la mujer. No hay punto positivo de comparación.

Por supuesto entre gustos no hay disgustos. Comprendo que la juventud guste de Daddy Yankee, Maluma y todos esos reguetoneros de moda y prefieran cambiar la armonía musical que deleita los sentidos por la bulla del reggaetón para brincar, pero la calidad de cualquier género musical no se consigue con estridencia y vulgaridad, y se supera con calidad superior. En esto el vallenato le lleva ventaja pero de lejos al reggaetón.

Nuestra hermosa música vallenata es la expresión cultural más genuina del hombre costeño. Canciones como “Llorare” son un patrimonio cultural del vallenato clásico. El reggaetón se lo dejo a mi hijo de 16 años para – como dice él – azotar a las nenas.

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