Edicion octubre 9, 2024

Edicto Cipriano Castañeda Barroso Sijono, un hombre de pocas palabras y de grandes aciertos

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Columnista - Delia Bolaño Ipuana
Columnista – Delia Bolaño Ipuana

La pluma dorada en esta ocioso se inspira en un ejemplar caballero,  en uno de esos hombres wayuu inspiradores,  hombre de palabra,  de principios definidos, de equilibrio social y  cultural, quien  en un mes del amor y la amistad, cuando mma y juya se unieron como símbolo de prosperidad y buen augurio para los Sijona Iguarán,  ante el nacimiento de  Edicto Barroso, en una tierra llamada Wareipa chiquito corregimiento de puerto López, quien en la época también pertenecía a Punta Espada, quedando en la actualidad en esta última, por la cercanía , su madre  quien estaba embarazada y en pleno velorio de una hermana,  dio a luz a quien sería la luz de la familia, un 26 de septiembre de 1941, aunque en la cédula dice otra fecha, pues la mala costumbre de los políticos y sus malas acciones le cambió la fecha, sin embargo, su real fecha, es la que aquí se plasma.

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Edicto nos cuenta que a sus 7 años en 1948, asistía a una escuela en Paraimaru, donde no aprendió nada, al notar esto, pues su interés por aprender y como aquí no hacía nada, no siguió asistiendo.

Como es costumbre para los wayuu, los hijos de las hembras pertenecen a sus tíos, un día su tío vino por él, le quito la  pantaloneta que tenia y le puso el wayuko, como todo hombre wayuu, se lo llevó para enseñarle la actividad propia, el pastoreo y cría de animales, fueron quince años aprendiendo, con muchas dificultades, ahí aprendió que, quien tiene animales no tiene casa, años mas tarde  quiso explorar otros campos, deseaban tener sus propios animales, sus propios bienes, pero para ello, debía seguir aprendiendo.

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Entonces se interesó por la actividad, propia de su familia, los Sijona Iguarán, quienes fueron los primeros en comprar lanchas y camiones para traer mercancías. Empezó a trabajar de ayudante durante seis meses, su misión: aprender, a pesar de regaños, humillaciones, que lo hacían más fuerte, cansado de esto, atendió una invitación de un amigo, luego de tanta insistencia, de navegar camino hacia Aruba, donde duró otros seis meses navegado,  aprendiendo, embarcó sus sueños y estos cada vez eran más ambiciosa, en su adolescente ya tenía una madurez y responsabilidad admirable.

Luego de toda estas aventuras, se le presentaron muchas propuestas de trabajo, llevándolo esto a sumarle a su escuela de aprendizaje, la vida, pudo comprar sus propios camiones, crear su empresa, se caso varias veces, relaciones que le dio 47 hijos, su emprendimiento lo llevo a sacar cuentas sin usar la calculadora, a tener una memoria única,  quien pudo emplear y ayudar a impulsar a sus familiares,  esto lo llevó a ser un gran líder frente a los grandes políticos.

Su sabiduría lo llevó a gestionar más de 30 escuelas para las comunidades de: caparamat, Montserrate,  Toulechi, Romana, Castillete, Parauchon, warupana, Topia uno y dos, Maracaito, Itousipa, Carasua,  Wareipa,  Aremetus, Arepiapa, Punta Espada entre otras, todas con su maestras nombradas, aunque ellas no se lo reconozcan, pues es consciente, que la vida lo ha hecho,  miembro activo de la Junta de palabreros, merecedor de que una escuela lleve su nombre en la alta Guajira,  ya que tiene gestión.

Edicto Barroso, un palabrero de renombre, un wayuu de respeto, de prudencia, de honor, ejemplar y querido por muchos, actualmente está casado con Elia Marisol Sijona Ipuana, quien ha sido su compañera de aventuras, su mano derecha en las decisiones que le han permitido seguir dando lo mejor por su familia y las distintas comunidades, de las que se puede leer las sus obras, un wayuu que se viste con la prudencia.

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