Edicion noviembre 24, 2024
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

Unos, más iguales que otros. A Ricardo Arley Monroy y Laura Ojeda

Columnista - Nelson R. Amaya

Comparte

Columnista – Nelson R. Amaya

De las sentencias más populares del gran George Orwell, sin duda la más demoledora es esa que afirma que todos los seres somos iguales pero que hay unos que son más iguales que otros, como forma sarcástica de denostar del comunismo y sus élites gobernantes.

Los hemos visto desfilar en este platanal durante los días recientes, tanto a los que presumen de su superioridad, como a quienes han sido despojados de toda consideración frente al derecho a la igualdad. También cabe, en adición al marco ide referencia orwelliano, incluir los excluidos por su propia decisión, con valor de la redundancia, esos fanáticos que, a falta de contrapunteo por las evidencias palpables del desorden del gobierno Petro, se han vuelto

Publicidad

Más iguales que otros se sienten aquellos que voltean la constitución política al revés, para leerla a su amaño, como si no hubiera Corte Constitucional habilitada para interpretarla. Más iguales que otros se creen los que destruyen el primer elemento de la configuración de un delito, el tipo penal, esto es, la definición de una conducta descrita con especificidad por la norma. Alterar el nombre de una conducta tipificada es atentar contra la esencia del código Penal. No hay lugar a melindrosas palabrerías.

Pero menos igual que otros quedó sepultado Ricardo Arley Monroy, el subintendente de la Policía Nacional, al paso del filo de un cuchillo del “cerco humanitario” por su garganta, dejado de la mano del gobierno cómplice con las enervantes hordas del narcotráfico que socavan cada día las apuestas por el fortalecimiento de la economía legítima en nuestro país, de la mano del buen emprendedor, del honesto trabajador y del campesino de la yuca y la malanga, del maíz y de la caña.

Menos iguales que otros son hoy los alumnos de las primeras letras, del futuro colombiano precario, al no recibir instrucción sino adoctrinamiento.

Publicidad

Y más iguales que otras se presentan quienes pretender rechazar la belleza femenina como algo que nos regaló la naturaleza, y castigan la admiración a ese don que diferencia a unas y otras. Nada tengo contra admirarlas, es más, propugno por hacerlo, con la libertad elemental del arte, puesto que la mujer es un arte andante. Tanto su figura como su inteligencia, su maternidad, como su enorme responsabilidad en la preservación de principios nos dan a una Curie, una Merkel, una Thatcher, una Cleopatra, una Helena en Troya, una Aspasia, una Semíramis, una Hipatia, una Indira Gandhi. También nos trae la vida unas tristes Kirchner e Imelda Marcos. De fábula cada personaje femenino, que no tuvo que acudir al fanatismo sexuado para hacer valer sus ideas. Más iguales que otras se sienten las que, al rechazar la infidelidad reciente del poder filial, se llevan por delante la belleza de la motivadora del escándalo, Laura Ojeda, dueña de una figura espectacular y admirable. No es esta por supuesto una oda al rompimiento de las relaciones. Es una defensa del derecho evidente a la desigualdad de Laura.

Más iguales que otros se sienten los nublados por el espíritu de tierra arrasada que inunda las propuestas de reformas de todo lo divino y lo humano que quiere Petro, onanistas ideologizados delirantes, encerrados en sus creencias fatigadas y arcaicas, que le caen encima a todo aquel que piensa que la conjunción de factores negativos actual da lugar a concluir la de problemas que se cocinan en la mente del gobernante colombiano.

Esos, más iguales que nosotros, que somos demócratas renuentes a consentir las torpezas y arbitrariedades de este gobierno, sólo reafirman lo que verdaderamente existe: En el fondo, todo somos desiguales.

noticias relacionadas

Consulta Virtual

¿Considera que el turismo es el principal potencial de La Guajira?

ULTIMAS NOTICIAS