La Guajira, esa dama reclinada bañada por las aguas del caribe inmenso según la hermosa composición de Hernando Marin, es hoy esa misma Guajira abandonada por sus gobernantes, es triste observar cómo se disparan los robos y homicidios en las carreteras de nuestro departamento y nadie dice nada, los controles por parte de nuestras autoridades de policías terminan siendo infructuosos, mientras los viajeros nos trasladamos con temor entre un municipio y otro.
La Guajira departamento visible y atractivo para los ojos de los residentes en el resto del país, quienes se desviven por venir a conocer las maravillas de la naturaleza en cada uno de sus municipios tales como son los flamencos rosados, las dunas del taroa, la salinas de Manaure, las playas de Palomino, de Camarones y de Mayapo, entre otros al final corren el riesgo de encontrarse con lo más despreciable, la muerte.
Hoy, me coloco en el lugar de nuestros paisanos que ejercen la profesión de transportadores o transportistas entre los diferentes municipios, me coloco además en el lugar de los turistas y familiares de los mismos, los primeros que andan en busca de alimentos para sus familias, los segundos quienes vienen a pasear y a conocer nuestro hermoso territorio y los terceros quienes esperan en sus casas el retorno de sus seres queridos, qué lamentable en el ejercicio de las diferentes actividades se ven en riesgo de perder la vida o ser víctimas de diferentes conductas delictivas ejercidas por propios y foráneos a los cuales no les importa la vida ajena, si no alcanzar su cometido, qué triste es que nuestras autoridades gubernamentales del sector departamental y las de los municipios comprometidos con la seguridad de las diferentes carreteras, no sirvan para nada, si no para ganarse únicamente la remuneración salarial, es por ello que una vez más sin temor a equivocarme puedo decir que “La Guajira es tierra de nadie”.
Les hago un llamado de atención al señor gobernador, señores secretarios de gobierno, señores coroneles del Departamento de Policia Guajira y del Ejército Nacional, velen por la seguridad de los propios y visitantes durante estas fiestas que se avecinan, sería muy doloroso observar otras familias incompletas por causa de nuestra ingobernabilidad e inseguridad, no solo pueden estar pendientes de sus intereses particulares!
