En la pasada columna me referí a la gran preocupación que deberíamos haber tenido desde hace mucho tiempo atrás, el cual es el avance del desierto de la Guajira, y donde nuestra dirigencia jamás les ha interesado atender. Hoy, hago referencia a otra problemática, la cual es el descuido de los manglares que abarca gran parte de la zona norte de la ciudad capital, bordeando el rio Ranchería (Riíto), desprendiéndose desde la Laguna Salá, como la denominamos los Riohacheros, hasta la desembocadura del mismo en el Mar Caribe, este complejo eco sistemático alcanza llegar hasta el Valle de los Cangrejo que en otrora, era lugar de descanso de esparcimiento y de paseos para los propios y extraños de la ciudad capital.
Lo primero es definir que es un Manglar, este, es un ecosistema marino – costero ubicado en el trópico y en la parte sub tropical del planeta, para nuestro caso estamos en el trópico del planeta, específicamente en la zona tropical de sabanas con clima árido, semiárido o seco. El mangle es un árbol que resiste altos grados de salinidad combinado con agua dulce. En el Departamento de la Guajira se han identificado las siguientes especies de mangles, el mangle rojo o colorado (Rhizopphora), el blanco o amarillo (leguncularia racemosa), el negro o iguanero (Avicennia germinans) y el botoncillo o jelí (Conocarpus erectus). Pero lastimosamente nuestros dirigentes y nuestros gobernantes no han alcanzado a entender y menos a dimensionar que es eso y para qué sirve en la supervivencia de la especie humana, el ser vivo y la conservación del planeta.
Para nuestro entorno estos ecosistemas de manglares están entre otros, en Musichi y en el delta del rio Ranchería, siendo estos manglares los principales protectores de peces y mariscos, albergando aves que funciona como área de anclaje para su reproducción, protegiendo además las costas de la erosión y de las oleadas ocasionadas por los fenómenos naturales de ocurrencia en el Mar Caribe, es decir sirven los Manglares y la Laguna Salá, como amortiguadores y colchón de la ciudad de Riohacha contra fenómenos naturales como huracanes e inundaciones, es preciso afirmar que los diferentes humedales existentes en la ciudad por escorrentía superficial o subterráneas vierten sus aguas a la Laguna Salá, impidiendo las inundaciones en partes importante de la ciudad.
Los manglares en el Departamento de la Guajira se encuentran en total degradación, afirmación esta que se evidencia en la sola revisión muy somera del estado actual de los existentes en el delta de la desembocadura del rio ranchería y de los existentes en la Laguna Salá de Riohacha, son bosques alterados, arbolado afectado en más de un 70%, deteriorando el paisaje, muchos árboles desaparecido o en proceso de desaparición producto de la acción del hombre.
Como causales entre otras, están, el déficit hídrico donde la precipitación es escasa, alta evapotranspiración, las obras civiles para la expansión de las fronteras urbanas a través de rellenos de terreno, la contaminación de hidrocarburos y plásticos, la tala de los bosques de Mangle, la obstrucción de flujos hídricos, la sedimentación del ecosistema por el mal manejo de las zonas altas de la cuenca, la erosión permanente y finalmente el inadecuado aprovechamiento de los árboles de mangle, generando una sobre explotación del recurso, porque no se oferta la capacidad de restauración, esta capacidad es aprovechada por extraños para apropiarse de retoños de mangles y llevárselos a la venta a otras latitudes.
La falta de educación y la nula capacitación a las comunidades, ha influenciado enormemente en la degradación de estos ecosistemas, esto repercute en que el manejo de los bosques de Manglares y la obtención de sus productos se realicen de manera inapropiada.
Estos importantes ecosistemas debe priorizarse su recuperación, y esto se hace mediante estrategias de conservación, ya que generan un importante valor de servicios y bienes ambientales, el desconocimiento de su manejo, hace complejo la funcionalidad de los mismos. Sería interesante su recuperación concientizando y capacitando a la comunidad, haciéndose necesario investigaciones integrales, continuas y de largo plazo, para conocer de primera mano el funcionamiento de estos ecosistemas de manglares, que albergan una exorbitante biodiversidad, catalogándose como una de las cinco unidades ecológicas más productivas del mundo. Son tan importante los manglares que desde el punto de vista biológico, albergan gran cantidad de organismo como bacterias y hongos en sus troncos, raíces y en el fango, que intervienen en la descomposición y transformación de materiales tóxicos en azufre o sulfuros, purificando así el agua que llega al mar.
Los Manglares, reducen el impacto de las mareas, estabilizan las líneas costeras funcionando como filtro que evita la entrada de material suspendido de otros ecosistemas, siendo un eslabón entre la vida marítima y la vida terrestre, reteniendo sedimentos y filtrando sales minerales para integrárselos a la cadena alimenticia.
Es entonces, entender que los manglares de la Guajira es un ecosistema poco valorado, igual al permanente avance del desierto Guajiro, por parte de nuestra dirigencia y nuestros gobernantes a través de la historia de la Guajira, nada han hecho, nada se han interesado en hacer, ni siquiera la intención de hacerlo, no existe conciencia ni mentalidad para hacerlo, lo cual, no fueron ni han sido capaz de entender que los planes desarrollo Departamental y Municipales deben acercar sus programas y sus proyectos hacia esas preocupaciones que han sido dejadas de lado, que son indispensables para la subsistencia de la vida humana y la sostenibilidad de una Guajira ambientalmente sostenible, más confiable y más segura.