Edicion julio 7, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA
Columnista - Marga Palacio Brugés
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El enfermo

Columnista – Marga Palacio Brugés

Si de solidaridad se trata, para cuidar un enfermo como mis paisanos no hay.

Es que yo no he visto gente más atenta y generosa en la vida a la hora de una novedad, que la de mi tierra.

Esos se quitan la comida de la boca para dársela a un enfermo o a un amigo caído en desgracia y con el cuento de que “donde comen dos, comen tres”, le fallan la presa a cualquiera y regalan el almuerzo del que llegó tarde a casa.

Ni que decir de las matronas de mi pueblo, cuando de preparar ungüentos y menjurjes se trata: esas son las chachas de la película y muchas hasta tienen en el patio de sus casas un basto cultivo de plantas medicinales que hierven o secan, machacan o remojan, según sus propiedades y utilizan para estos menesteres; todo esto con el complemento de los alimentos necesarios, claro está, para restablecer al enfermo.

Si lo ven de mal color, anémico está, así que se prepare, que ya es que lo van a levantar a jugo de cañandonga o jamanar y esa hemoglobina se la suben más rápido que inmediatamente.

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En octubre, época en que se desata la gripa, por las lluvias, la manzanilla con limón se vuelve pan de cada día, aunque si también se la arrecuestan en caso de una mala digestión y la tomita que sobra, la meten en la nevera para desinflamar los párpados en caso de orzuelos o conjuntivitis.

Si el enfermo tiene las defensas baja, moringa corrida; si le dio varicela, sus baños con matarratón lo aliviaran; si la novedad es una caída con fractura de huesos, arrempújele su ron de culebra; si se trata de una recién casada que aún no pare, la miel de calabaza le ayudará a cuajar su pelao; si el insomnio no lo deja dormir, una infusión de tilo lo lleva a los brazos de Morfeo en menos de lo que canta un gallo y si le duele el oído, el orégano orejón sabrá hacer lo suyo.

Pero la tapa de la cajeta es su alteza real, su majestad “Vicks VapoRub”, cuya invención se remonta a finales de los 800, cuando un gringo, el Señor Richardson, que no sé que están esperando para canonizarlo, lo creó y vendió como remedio para la laringitis aguda y neumonía y que alcanzó su apogeo en la época de la pandemia de la fiebre española, a inicio de los 900.

No existe un achaque, malestar o dolor que esta pomadita fresca y mentolada no pueda arreglar, razón por la cual no falla en ninguna casa y es el adorno ideal al lado de una lamparita en la mesita de noche, ese es su lugar predilecto, porque hay quienes se embarrutan de Vicks estén sanos o estén enfermos, eso ya no cuenta; cayeron en el vicio y ya no hay marcha atrás.

Así las cosas, chichones, dolores de cabeza, resfriados, fiebres y hasta espinillas han sido aliviados con el mágico Vicks.

Por ello es el compañero ideal de una noche en vela, cuando la muchachera se enferma y la tos no cesa: dele su sobo al pelao que por sueño o por alivio, esa tos cede.

Los vapores medicinales de Vicks VapoRub, junto a la caricia protectora de mamá, son la llave de la puerta del paraíso y embriagados de mentol, con los poros dilatados para oxigenar mejor, los problemas y dolores pasan a un segundo plano y la sensación de alivio es como el 3-15 que antecede a una pea y de esa sabrosura, de esa rasca mentolada, no hay mortal que se quiera bajar.

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